Periodismo

Comadreando se resiste la violencia en Buenaventura

En Buenaventura no se ha sentido la calma del proceso de paz con las Farc, ni los diálogos que avanzan con el ELN. Allí mandan las bandas que nacieron luego de una fallida desmovilización paramilitar. En medio de este conflicto hay un control de la vida y de los cuerpos de las mujeres, quienes a diario sufren diferentes tipos de violencia. La Red de Mariposas nació como una alternativa para las mujeres, de acogida, educación y resistencia. Tatiana Navarrete, asociada CdR, cuenta esta historia.

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Comadreando se resiste la violencia en Buenaventura
Octubre 26 de 2017

En el marco del proyecto de Consejo de Redacción, CdR/Lab Con Enfoque de Género, Tatiana Navarrete, periodista de Verdad Abierta, y asociada CdR, fue a Buenaventura a documentar la historia de una red de mujeres que es ejemplo de resistencia en un contexto lleno de violencia de género propiciado por el conflicto que aún sobrevive en esta región de Colombia.

 

La Red de Mariposas es una comunidad de mujeres que víctimas de la violencia han decidido unirse para acoger, educar y defender a otras mujeres que sean víctimas de cualquier tipo de violencia en la región.

‘(...) las Mariposas’ buscan a jóvenes y adultas para contarles qué es el autocuidado, cómo hacerse un examen de seno y cómo usar las plantas medicinales para tratar enfermedades. Pero cuando van ganando confianza comienzan a hablar de la violencia física, psicológica y económica que se vive en el Puerto. Asesoran sobre las rutas legales y les prestan apoyo psico-espiritual a quienes hayan sido maltratadas.

Los comadreos son además un intento por destruir la falsa creencia que la violencia debe quedarse de puertas para adentro. Por eso, las han llamado sapas, desocupadas, destruye hogares y hasta pervertidas. Insultos que no se toman a la ligera, no en Buenaventura”. (Fragmento de la investigación)

La red ha permanecido actuando muy sigilosamente, pues la labor que desarrollan las convierte en objetivo de bandas criminales y hombres violentos, sin embargo, poco a poco, ellas han logrado consolidar un espacio de resistencia y ayuda a quienes sufren violencia de género.

 

Todo comienza cuando son menores. En algunos colegios del puerto se han descubierto redes de prostitución. Donde los mismos niños son contratados como proxenetas. (...) “Son niñas, pero también niños, a los que convencen con un nuevo celular o con un pantalón de tal marca”. El dinero recolectado va directo a las arcas de las bandas.

Otra situación viven las mujeres –sobretodo menores– que son “elegidas” por el jefe ‘del cuento’. Este es uno de los mayores temores de las madres, pues como si se tratara de un supermercado, el delincuente escoge a una mujer para obligarla a ser su pareja. “Es como si esa niña le perteneciera, entonces las tienen vigiladas”, cuenta una líder de Buenaventura que en su adolescencia vivió esa tragedia. “Me tuve que encerrar casi un año en mi casa, porque el señor no me permitía ni salir del barrio, incluso si iba con mi mamá. Me salvé solo porque lo mataron”, detalla.

Hoy estas mujeres tienen ‘campaneros’ que las persiguen y mantienen a los jefes ‘del cuento’ al tanto de sus movimientos, lo que hace imposible que ellas se acerquen a la Fiscalía a poner cualquier tipo de denuncia. “Solo pueden ir del colegio a la casa y de la casa al colegio”, relata una líder comunal.

Las parejas de los jefes de las bandas –sean obligadas o no– sufren todo tipo de violencia que no se denuncia. ‘Las Mariposas’ encontraron casos aterradores: una mujer a la que su esposo le quemó el pecho por usar escote, otra a la que su marido agarró del pelo y arrastró por todo el barrio, unas que han sido obligadas a realizarse operaciones estéticas en contra de su voluntad y varias mujeres que deben a pagarle la mitad del sueldo a su pareja”. (Fragmento de la investigación). 

Entrevistamos a Tatiana Navarrete sobre la reportería, investigación y posproducción de esta historia.

¿Cómo ganarse la confianza de personas que han sido víctimas del conflicto, especialmente víctimas de violencia sexual?

Lo más importante es que desde el comienzo ser muy claro con las fuentes sobre cuál es el propósito de la investigación y qué es lo que se está buscando. En esa primera conversación se deben establecer las reglas básicas: ¿se va a grabar la entrevista o no?, ¿el testimonio es Off the record o se puede publicar su nombre? En casos delicados como el de Buenaventura debe preguntarse incluso si se puede hablar del nombre de los barrios. En este caso, por ejemplo, me pidieron que no se dieran los nombres ni los barrios de las víctimas para no ponerlas en riesgo.

Creo que en estos casos el periodista debería aceptar y respetar los términos que la fuente establezca, sin intentar negociar. Hay que evitar a toda costa causar un daño mayor.

¿Cuál fue el camino que usó para narrar esta compleja problemática que tiene tantos matices en un solo reportaje?

A mí me funciona hacer un esquema mientras estoy haciendo la reportería y otro justo antes de empezar a escribir el texto. La idea es que no se me olvide meter cada una de las observaciones que fueron importantes en la reportería y que a veces no están en las entrevistas.

No siempre es fácil lograr un texto narrativamente atractivo que incluya todos los matices, pero creo que ese es el reto: que el lector se interese en el reportaje, pero que también entienda que se trata de realidades complejas llenas de grises.

¿Cómo lograr que reportajes como este no se queden sólo en una nota, sino que tenga un impacto y pueda haber algún cambio en estos graves problemas que vive Buenaventura?

Es una pregunta difícil que se relaciona con el eterno debate de si el periodista es “el encargado” de generar un cambio en las comunidades. Yo no creo que lo seamos.

Sin embargo, me parece que este tipo de trabajos que promueve Consejo de Redacción, son un esfuerzo por cambiar la forma en que se ejerce el oficio. En este caso, un taller para producir textos con un enfoque de género es un esfuerzo por adentrarse temas que se salen de la agenda del día de los medios, pero que son vitales.

El reportaje de Buenaventura no es noticioso, pero resalta el trabajo que cada día hacer las mujeres líderes de la Red Mariposa y la violencia continua contra las mujeres del puerto que es tan “normal” que dejó de ser noticia.

¿Qué consejos daría a periodistas que quieren trabajar historias de regiones que aún viven el conflicto en Colombia?

Que viajen hasta estas regiones e intenten hablar con todas las personas que puedan. Y cuando estén allá aprovechen el tiempo para hablar con las personas que nunca son entrevistadas, con las que después no van a poder entrevistar por teléfono. Que intenten olvidar todos los prejuicios que tengan sobre determinada zona y vayan dispuestos a escuchar.

Lee aquí toda la investigación.

Conoce cómo se vivieron los encuentros de capacitación de este CdR/Lab Con Enfoque de Género: 

 

 

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