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Diana Salinas, Abelardo Gómez y Germán García tienen algo en común. Son emprendedores de medios digitales en Colombia. Se hicieron en el mundo periodístico tradicional y migraron a las plataformas en la web sumándose al ecosistema que existe en la red.

Cuando se le pregunta a cada uno de ellos qué lo impulsó a cofundar un medio, relatan las causas sin ambages:

“Me dio miedo volverme incómoda para los medios grandes y terminar censurada”, dice Diana.

“Primero fue una ventana para mostrar el trabajo de mis estudiantes y luego confirmé que a través de él podía ser realmente independiente”, expresa Abelardo.

“Luego de especializarme en periodismo digital entendí que la web ofrecía una interesante gama de posibilidades para narrar historias desde diversos lenguajes y llegar al público a través de variados canales”, explica Germán.

Sus respuestas dibujan el pensar de tantos otros periodistas que se unieron a la revolución digital cuando la crisis en los medios tradicionales no mostraba revés, hace ya más de una década; cuando la web impuso los cambios y detectaron en ella más oportunidades que riesgos. Por supuesto, cuando confirmaron que la agenda periodística construida en sus medios no tenía por qué estar supeditada a la de los poderes de siempre.

Y así tal cual lo cree David Hidalgo, cofundador de Ojo Público, en Perú, cuando sostiene:

La idea de fundar un medio es un signo de los tiempos: la tecnología nos ayuda a crear espacios donde antes solo había vacíos y dependencia. Creamos Ojo Público para contar las historias que ya no tenían lugar en la prensa tradicional por cuestiones temáticas, de extensión o de enfoque. La web nos ofrecía una tribuna gigante, gratuita e inmediata para comunicarnos con una comunidad de lectores ansiosa de mejores contenidos y desconfiada de los grandes medios. En el camino descubrimos nuevas herramientas que nos permitieron elevar nuestros estándares probatorios a la vez que nos ayudaban a desarrollar formas seductoras de contar historias. En un tiempo en que la atención de los lectores es el santo grial de una industria con crisis de mercado, nuestra estrategia ha sido competir con nuevas dinámicas y una apuesta por un lector inteligente, razonablemente sofisticado y con mirada global. Nada mejor para un periodista que un canal de impacto para nuevas historias. Es lo que quisimos desde el inicio y creo que poco a poco lo estamos logrando (Entrevista realizada a David Hidalgo, cofundador de ojopublico.com, medio digital peruano, 14 de julio de 2018).

Crecer en el mundo digital supone construir y escalar la torre al mismo tiempo, para superar los retos del emprendimiento hasta llegar a una cúspide sólida y sustentable. Una especie de babel digital es la que levantan los periodistas emprendedores, armando y desarmando pisos, abocados al ensayo y error de modelos enfocados en hacer del edificio (periodismo digital) algo sostenible.

Según las tendencias y debates actuales en el periodismo digital, que ha descrito el profesor Mario Morales en varios de sus artículos (2005, Revista Signo y Pensamiento, Número 47, Universidad Javeriana)*, los emprendedores al decidir lanzarse a la construcción de sus medios han pasado por:

  • El asombro frente al ciberespacio y sus múltiples oportunidades.
  • El desprecio de los medios tradicionales que desestimaron sus primeros impulsos.
  •  El escepticismo de un público que luego fue audiencia y que hoy es comunidad.
  • El miedo al fracaso.
  • La impotencia de no poder competir rápidamente con lo instalado, que sigue siendo fuerte.
  • La curiosidad por descubrir nuevas herramientas.
  • El embelesamiento que causa la tecnología y sus alcances y la fantasía económica que gira alrededor de la creación de un modelo sostenible.

¿Cómo es el proceso de construcción de “La babel digital”? Aventuro una respuesta: está permeado por cambios inacabados. La permanente innovación en tiempo presente, cuyos verbos notables son hacer y practicar, resulta interminable.

Uno de los estudiosos más conocidos en Latinoamérica sobre las tendencias periodísticas en la web es el investigador James Brainer (https://ijnet.org/es/blog/los-diez-nuevos-paradigmas-del-periodismo-digital), quien aporta un análisis relacionado con los nuevos paradigmas del periodismo digital.

Son muchas las columnas sobre las que se levanta la nueva “babel digital”, mencionaré seis, y cómo estas mismas se ven amenazadas por tormentas que surgen como consecuencia de un ecosistema tan grande como cambiante, y me referiré a tres de ellas.

Las columnas

Cocreación

Los medios digitales son una construcción colectiva. El sujeto yo, que en el pasado se tradujo en la familia fundadora de medio tradicional y que hizo tránsito a juntas empresariales propietarias de ellos, tiene como contraparte un enjambre de iniciativas en la web que es el resultado del trabajo en equipo. Los cofundadores de medios son cada vez más no periodistas, personas con un legítimo interés en el ejercicio de un oficio con alto sentido de la responsabilidad social.

La sociedad de la indignación

Estos equipos cocreadores de medios se apoyan en una audiencia indignada, cansada de recibir la misma receta de contenidos con el mismo lenguaje. Tomaron la incomodidad de la sociedad que persistía hacia los medios tradicionales y elaboraron la fórmula con nuevos ingredientes; esto se traduce en nuevos contenidos.

Múltiples interacciones

La interacción en los medios digitales es tan diversa como la cantidad de ojos que están mirando, consumiendo y participando de los contenidos. Las interacciones, que circulan a través de los canales y que alimentan la creación de estrategias para involucrarse con las comunidades de audiencias, no son estáticas. Y en ese sentido las redes sociales son el motor que coadyuva a que esa interacción sea constante y creativa.

Conquistadores de independencia

Si el tesoro más preciado de todo medio es la credibilidad, la búsqueda más esforzada en el mundo del periodismo digital es la independencia. Esto prácticamente se ha constituido en un axioma de los distintos medios periodísticos en la web, argumento de promoción o posicionamiento de la plataforma de contenidos.

Tendencias y nuevos formatos

Los géneros periodísticos siguen vivitos y coleando, pero hoy por hoy están mezclados con los nuevos lenguajes de la web, para dar lugar a diversos formatos. El fact-checking, el periodismo de datos o las video columnas de youtubers son apenas algunas de las tantas tendencias.

Buscadores de monetización

El periodismo digital sí es negocio y no hay un único modelo de financiación. Hoy los medios de comunicación en el ecosistema de la web se soportan con donaciones, postulación a becas y financiación de proyectos, colaboración, conformación de clubes de socios que en masa aportan recursos para la sostenibilidad del medio, entre otros mecanismos.

Tormentas

Pero “La babel digital” se ve expuesta a tormentas externas y a sus propios cambios internos que suponen constantes amenazas. Tres de ellas son:

Los fantasmas digitales

Esos que surgen producto de la continua experimentación de formatos, del ensayo y error que conlleva la prueba. Son un cementerio ruidoso que en algunos casos apunta a desdibujar el origen del medio, sus principios y a cansar a las audiencias que se cultivan como nichos.

Ética Elástica

Que no es más que desconocer que para hacer periodismo hay que reportear, esto es buscar la información para filtrarla, investigarla, confrontarla, contrastarla, verificarla y, finalmente, escribirla o producirla, como única forma de obtener resultados dignos de confianza. Olvidar la ética apunta a derribar las columnas de la credibilidad y de la independencia. Fernando Ramírez, editor de La Patria, la denomina “ética de caucho” y aquí lo explica http://fnpi.org/es/etica-segura/del-pecado-original-la-etica-de-caucho

Competir antes que colaborar

Una producción transnacional de periodismo investigativo está marcando línea sobre todo en el ecosistema digital de medios. Un ejemplo como los “Panama Papers”, investigación periodística colaborativa liderada por ICIJ que dejó al descubierto el entramado de la firma Mossack Fonseca para ayudar a miles de personas a evadir impuestos en sus países de origen, desde Panamá; confirma que el impacto y eventualmente la incidencia que el trabajo periodístico puede tener en la sociedad es relevante y coadyuva a la democracia. Periodismo colaborativo, ante todo. Si se privilegia la competencia antes que las alianzas, el riesgo de desestabilizarse aumenta.

El ejercicio de investigación y escritura que hacen los coautores de este libro, el periodista innovador Cristhian Barragán, el profesor e investigador Germán Rey y las expertas en redes sociales Renata Cabrales y Perla Toro proporcionan relevantes conclusiones para no solo entender el quehacer digital de los nuevos medios periodísticos en la web, sino que apuntan a develar las claves de un emprendimiento exitoso, inmerso siempre en el riesgo.

Barragán se concentra en investigar el ecosistema de medios digitales en Colombia para elaborar el III Estudio de Medios Digitales que confirma, como lo revelaron los dos estudios anteriores de Consejo de Redacción y la Universidad Javeriana, que el crecimiento de medios se mantiene a pesar de las desapariciones tempranas de muchos de ellos. Así mismo, Barragán revisó una gran parte de la geografía digital de los emprendimientos de América Latina, concentrándose en 50 medios nativos digitales; y, mediante herramientas, escaneó sus audiencias, alcances e impacto.

Con toda la experiencia que tiene en su haber como profesor e investigador de la comunicación, Germán Rey aborda las implicaciones de caracterización de los medios digitales informativos y se enfoca en el auge de los medios periodísticos, su relación con el emprendimiento, el descenso de lo comunitario e hiperlocal, el aumento de los contenidos municipales, regionales y nacionales, la inclusión creciente de la opinión de las audiencias, el aumento de las conexiones de los medios con redes sociales y el crecimiento de los blogs. De la misma forma avanza hacia la preocupación legítima por las relaciones entre la sostenibilidad de los medios y los riesgos éticos de su gestión, ya que al no descubrir un modelo de negocio sostenible que garantice la financiación de los medios digitales, se ponen en vilo existencia y viabilidad. En palabras de Rey “uno de los temas centrales de los nuevos medios es precisamente resolver los problemas de su sostenibilidad, que finalmente les permiten la permanencia, desarrollo mediático y periodístico, posibilidades de innovación y sobre todo calidad de su información”.

Perla Toro, periodista, y quien desde la práctica ha participado en la creación de ecosistemas digitales, hace una completa y amplia exploración de lo que significa emprender en periodismo digital, y cocina un platillo que arranca con un llamado al desprendimiento de los vicios del oficio que, según ella, históricamente se han interpretado como aprendizajes. Lo más conveniente, explica, es reinterpretar y volver al origen de los principios básicos del periodismo para reinstalarlos. Entender primero las grandes tecnologías que transformaron el mundo, cómo se suscitaron los cambios en internet y asumir que la innovación es el nuevo paradigma y el ingrediente de su propuesta sobre cómo emprender en periodismo digital.

A lo largo del libro, Renata Cabrales, experta en redes sociales, aporta las entrevistas que les hizo a emprendedores digitales de cuatro países iberoamericanos en las que explora qué tipo de medio hicieron, cómo lo hicieron, con quiénes lo hicieron y cómo lo sostienen. En estas entrevistas, Juanita León, directora y fundadora de La Silla Vacía, explica la nuez de la sostenibilidad de su medio en Colombia; Luz Mely Reyes, directora y cofundadora de Efecto Cocuyo, se concentra en las motivaciones para hacer periodismo independiente en un país en crisis, como Venezuela; José Jasán Nieves Cárdenas, cofundador del Colectivo + Voces, que aglutina a dos medios digitales, revela cómo sobrevive el periodismo digital en Cuba, y Gumersindo Lafuente, subdirector del eldiario.es, habla del paso de lo análogo al mundo digital.

Ser un periodista emprendedor no es una tarea fácil. En la universidad no fuimos los más juiciosos con las matemáticas y el romance que sostenemos con el oficio muchas veces no nos permite ver más allá de la belleza que encierra andar con los otros para contar sus historias. Esencialmente el periodismo de calidad es investigar y contar historias, pero por sí solo no se convertirá en negocio si las estrategias no se concentran en la exploración de modelos financieros sostenibles, por supuesto basados en periodismo de calidad.

Rosental Alves, director del Centro Knight para el Periodismo de las Américas, uno de los estudiosos más reputados del mundo periodístico digital, en sus continuas conferencias hace referencia a dos aspectos que a su juicio resumen el rol de los periodistas en la foresta digital: “El nuevo modelo del periodismo depende del “emprendedorismo” (para referirse a las startups periodísticas)” y “Piensa en grande, empieza pequeño y falla rápido” (FNPI, 20 de mayo de 2013, “Las 10 máximas de Rosental Alves sobre periodismo digital”)*.

“La babel digital” requiere entonces más arquitectos innovadores que actúan en el presente digital para hacer de este edificio una empresa financieramente viable. No todo está por hacer. En el mundo digital se han hecho los esfuerzos para lograr la adaptación de los modelos enfocados a preservar esa relación de construcción permanente con las audiencias. Es la clave para no abrumar a esa audiencia con innovación sin sentido, sin principio de recordación y sin derecho a la permanencia y la apropiación.

Ginna Morelo Martínez

Periodista