El primer paso para documentar una historia es entenderla. También hacer preguntas y ponerle cara a las cifras. En el caso de la maternidad adolescente en el Ecuador, Yamberla, un comunicador Kichwa de la emisora indígena de Imbabura, Radio Ilumán, y Rogel, profesor y locutor de noticias de Loja, analizaron las estadísticas de partos, nacidos vivos, deserción escolar y muertes fetales en sus provincias y cantones.

Su punto de partida es una realidad que no ha podido ser controlada: Ecuador, con 15 millones de habitantes, tiene una de las tasas más altas de fecundidad en jóvenes de los cinco países que integran la zona andina.

Rogel, quien ha trabajado con adolescentes produciendo radionovelas para concientizarlos sobre la sexualidad, cuenta en su reportaje las dificultades que ha enfrentado una joven de Puyango al tener que dejar sus estudios por estar embarazada. A partir de este caso, analiza el impacto de la maternidad prematura en la deserción escolar y la manera en que los colegios intentan retener a las jóvenes madres a pesar de las contradicciones y vaivenes de las políticas estatales.

“El embarazo adolescente en el Ecuador es como un cáncer silencioso que todos conocemos, pero no nos comprometemos a erradicarlo”, dice Rogel. Para este periodista, el Estado trata de solucionar la problemática, “pero no son más que paños de agua tibia que sólo refrescan la situación más no la cura”.

Las cifras más recientes develan la gravedad del problema que vive Loja. Este cantón del sur de Ecuador, tuvo en 2014, 1.160 nacidos vivos de madres adolescentes, y el año pasado, los registros se incrementaron en un 20%, llegando a 1.390 nacidos vivos.

Además de las dificultades para diseñar una política que disminuya los índices alarmantes de embarazos en jóvenes, varios de los testimonios recogidos por Rogel indican que el fracaso se debe a una mezcla entre el tabú de hablar abiertamente sobre sexualidad en las familias y los pocos recursos públicos para hacer campañas de prevención.

Al otro extremo del Ecuador, en Imbabura, Luis Yamberla reconoce que fue todo un reto llegar al trasfondo de las cifras. En su región, los jóvenes, en su mayoría indígenas, no estuvieron dispuestos a hablar sobre el embarazo, lo que devela que el tema es un tabú al interior de una sociedad conservadora.

Lo que sí logró documentar Yamberla, locutor de programas culturales educativos y de entretenimiento y conductor del espacio informativo Shimi Willachik, es cómo le ha afectado a su cantón, la inestabilidad de los programas sobre prevención de embarazos adolescentes. “La política pública y normativa que vele por el cumplimiento de los derechos de las niñas y adolescentes debe pensarse desde la diversidad de contextos, ya que el Ecuador es un país plurinacional e intercultural”, dice este periodista.

Su reportaje evidencia que lo más alarmante para Ecuador es que las más pequeñas son las más vulnerables. En la última década, los embarazos en niñas menores de 15 años han aumentado 74 por ciento. Desde 2005, en Imbabura, de 124 mil partos, 23 mil han sido de adolescentes.

Yamberla consultó expertos y autoridades quienes difieren en el diagnóstico. También en las soluciones. Lo cierto es que su reportaje muestra los callejones sin salida a los que han llegado diferentes sectores de la sociedad civil y el Estado, que no han podido encontrar fórmulas para frenar esta problemática.

Los dos periodistas ecuatorianos también ponen sobre la mesa el debate que ha generado el nuevo enfoque de la política pública promovida por el presidente Rafael Correa, quien vincula las altas tasas de embarazo adolescente a la falta de valores familiares y propone practicar la abstinencia, desconociendo, por ejemplo, que un alto número de niñas, entre los 10 y 14 años, han resultado embarazadas como consecuencia de violaciones.

Las mamás prematuras de Loja

Las cifras de partos adolescentes y nacidos vivos en la provincia de Loja muestran que las políticas públicas nacionales no han disminuido este problema en el país y en la región. Historia de una problemática a la que el Estado, las autoridades, la sociedad y los jóvenes ecuatorianos aún no le han encontrado una solución.

Inocencia perdida en Imbabura

En la última década, el número de adolescentes que se convierten en madres no baja en Ecuador. Estas jóvenes, en vez de estar estudiando en colegios y universidades, se enfrentan a la gran responsabilidad de criar a sus hijos. Lo más dramático es que muchas de ellas son apenas niñas entre los 10 y 14 años de edad.

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