En el corazón del desierto de La Guajira, donde el viento y el sol narran historias antiguas, surge una visión distinta sobre el autismo. Para la cultura occidental, se trata de una condición del neurodesarrollo que viene dada por un diagnóstico médico; pero, para el pueblo wayuu es un estado del alma, un espíritu (aseyuu) que llega con los hijos al nacer y que permanece como parte inamovible de su ser.
En Uribia, la capital indígena de Colombia, esta interpretación ancestral convive con los saberes de la ciencia. Allí, la Institución Educativa Escuela Normal Superior Indígena trabaja por ser un puente cultural y tejer una visión que une la valoración médica occidental con la cosmovisión wayuu para brindar a las niñas y niños diagnosticados con Trastorno del Espectro Autista inclusión y oportunidades.
Esta escuela se ha convertido en un espacio donde la resistencia y la esperanza se entrelazan, impulsando a las familias a mirar más allá de las limitaciones y descubrir el poder transformador del amor, el arte y la cultura. En este camino, se busca que los “hijos del Jumma Asseyu” (hijos del alma), sean reconocidos como lo que son: niños y niñas con capacidades diferentes que merecen ser incluidos en una sociedad que necesita aprender de su fuerza, autenticidad y pureza.
En el desierto, donde el horizonte parece infinito, la inclusión también comienza a abrirse paso. Porque cada hijo del alma guarda un universo, y cada uno de ellos fortalece sus capacidades para transformar el mundo.

Ilustraciones: Paula Jaime
Esta investigación fue elaborada con el apoyo de Consejo de Redacción (CdR) y la Fundación Konrad Adenauer (KAS) como parte del proyecto ‘CdR/Lab Periodismo de soluciones: pistas para contar la historia completa’. Los textos, audios y videos que aquí se publican son de exclusiva responsabilidad del autor y no expresan necesariamente el pensamiento ni la posición de estas organizaciones.