Los conflictos socioambientales, según el Atlas de Justicia Ambiental (Ejolt), se definen como movilizaciones de las comunidades locales o movimientos sociales, que pueden incluir el apoyo de redes nacionales o internacionales, en contra de actividades económicas particulares, tales como la construcción de infraestructura, disposición de desechos o contaminación, por lo que los impactos ambientales son un elemento clave de sus reclamaciones.
Estos conflictos generalmente surgen de desigualdades estructurales de ingresos y poder. Consideran el derecho a participar en la toma de decisiones, el reconocimiento de visiones alternativas del mundo y la forma de entender el desarrollo. Los repertorios de acciones pueden incluir la presentación formal de reclamos, peticiones, reuniones, manifestaciones, boicots, huelgas, acciones legales, desobediencia civil, violencia colectiva, campañas internacionales y otras formas de acción. En el acto de reclamar redistribuciones, estos conflictos a menudo son parte de, o conducen a luchas más grandes de género, clase, casta o etnia.
Ante este panorama, los conflictos socioambientales necesitan anclarse a definiciones para ser abordados de acuerdo a su necesidad, contexto histórico, territorio, etnia, visiones, relaciones, poder y actores, entre otros factores.
Elementos comunes de los conflictos socioambientales
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Afectación negativa o positiva a la biodiversidad o a las contribuciones de la naturaleza a la sociedad: Un conflicto socioambiental involucra siempre afectaciones o transformaciones, reales o potenciales, causadas por la acción de un actor o grupos de actores a la base biofísica, a uno o varios recursos naturales (agua, aire, suelo, fauna, flora, entre otros), a procesos ecológicos vitales o a las contribuciones que brinda la naturaleza a la sociedad y que configuran un socioecosistema o un territorio.
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Confrontación entre actores: Para que un conflicto socioambiental se constituya como tal, la afectación a recursos vitales o a servicios ecosistémicos presentes en un territorio debe llevar a una confrontación entre actores sociales organizados en el ámbito público. Por ejemplo movilizaciones, protestas, tutelas, paros, acciones judiciales, entre otras, y a diversas escalas de carácter local, regional, nacional.
¿Cómo diferenciar entre un conflicto ambiental y uno socioambiental?
Como se puede inferir con la imagen de arriba, en el problema ambiental, si bien existe una afectación a un socioecosistema, a la biodiversidad o a los servicios ecosistémicos presentes en un territorio, no hay una confrontación entre actores en torno a lo que se considera problemático. La contaminación de un río es, por ejemplo, un problema ambiental, pero puede convertirse en un conflicto en el momento en que dos o más actores sociales tienen un desacuerdo sobre ese problema, se ven afectados, o alegan ser afectados, de manera diferente, y entran en disputa al reclamar sus intereses.
Tipos de conflictos socioambientales
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Distintas visiones, formas de uso y apropiación de los recursos naturales: Los actores del conflicto tienen diversos intereses y formas de apropiación de los recursos naturales y la biodiversidad en disputa, que entran en contradicción y que han sido construidos históricamente en función de la relación de estos actores con su territorio.
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Relaciones asimétricas de poder entre los actores involucrados: En este tipo de conflictos se ven involucrados actores con diferentes grados de influencia a la hora de ejercer presión sobre las instituciones, capital político y económico, acceso a la información, legitimidad frente a lo que se considera conocimiento válido o especializado para la toma de decisiones, entre otros elementos.
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Dimensión situada y multiescalar: Estos conflictos tienen lugar en territorios específicos, con características ecosistémicas y sociales particulares construidas históricamente, que involucran actores de distintas escalas (local, regional, nacional o internacional). Una característica común de los CSA es que los actores compiten por definir la escala del conflicto y, muchas veces, basan su estrategia en reducirla o ampliarla de acuerdo con sus intereses.
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Dimensión temporal o histórica: Los conflictos socioambientales, al igual que los problemas ambientales, son dinámicos, cambian a lo largo del tiempo y se configuran a partir de las relaciones construidas históricamente por los distintos actores con sus territorios. Un ejemplo de esto es el conflicto en torno a la delimitación de Santurbán, que se configura a partir de la confrontación entre distintas territorialidades construidas a lo largo del tiempo en función de las formas de manejo y control del páramo establecidas por los habitantes de la zona, el Estado y los mineros.
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Políticas, normas, programas o jurisprudencia en que se inscribe el conflicto: Estos conflictos se inscriben en contextos normativos y jurisprudenciales que establecen reglas para la apropiación de los recursos naturales, la biodiversidad y las contribuciones de la naturaleza en disputa. En el marco del conflicto, estos contextos pueden ser leídos por los actores involucrados como elementos que favorecen a uno u otro actor, incidiendo así en las asimetrías de poder.
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