Alrededor de esta historia se reúnen dos momentos muy impactantes y peligrosos. Manuel Velandia fue uno de los primeros hombres en el país que ante todos los medios de comunicación dijo abiertamente que era homosexual y no tenía ningún problema con eso. Se volvió líder de esta comunidad, luchando por sus derechos en una época conservadora.
Ahora vive en España, ya que debió salir del país producto de múltiples amenazas que recibió no solo él sino también su familia. “Manuel Velandia es uno de los nombres clave del movimiento LGBTI en Colombia. Ser abierta y orgullosamente gay desde los años setenta le facilitó liderar su comunidad, pero incursionar en política para reclamar sus derechos hizo que los violentos lo desplazaran. Es el reflejo de un país en el que no hay garantías para vivir en la diferencia” cuenta Salazar.
Tuvimos la oportunidad de hablar con Sania Salazar, quien nos contó un poco de la experiencia sobre el manejo de temas que aún siguen siendo tabú en el país y el reto de llegar a una historia que cuenta de manera detallada no solo la vida de un personaje líder de la comunidad LGBTI sino también un recuento a la memoria sobre la violencia en Colombia.
1.- ¿Cuál fue el principal interés para resaltar esta historia?
Tengo que ser sincera, no porque sea homofóbica, pero yo nunca hubiera pensado en esa historia. No conocía el personaje, no sabía que Manuel existía, uno claramente tiene intereses en ciertos temas y no hubiera pensado en desarrollar éste por mí misma.
Que la historia se me haya atravesado en el camino o que me la hayan propuesto, fue un bonito azar del destino, primero porque es un tema del que se habla muy poco y segundo porque me sacó de mi zona de confort totalmente, porque me llevó a narrar de una manera que no es la mía.
2.- En un país como Colombia donde estas historias no se tocan muy seguido. ¿cuál es la principal función de los periodistas para sensibilizar a los lectores sobre estos temas?
Es una percepción muy personal, pero yo siento que es lograr que la persona que lea la historia se dé cuenta que no por ser diferente nos tiene que pasar eso. A Manuel simplemente porque le gustan los hombres y no las mujeres como lo “manda la sociedad”, le tocó alejarse de las personas que ama, de su vida. A él le tocó casi que morir en Colombia y renacer en España.
Es tratar de que las personas se pongan en los zapatos de los demás, algo muy difícil de lograr porque la gente por lo general no piensa en esas cosas, pero es pensar que a cualquiera le hubiera podido pasar y que no hay razón para que esto suceda, que acá podemos vivir todos respetándonos y respetando las diferencias. Vivir sin tener que atacarnos.
3.- ¿Qué dificultades se dieron para hacer este trabajo, con un personaje fuera del país?
Es algo particular porque los lectores no se dan cuenta de todo lo que pasa detrás de una historia, y no es necesario tampoco contarlo, pero, el primer reto fue que yo nunca me pude ver personalmente con Manuel, ya que Manuel no puede venir a Colombia y el proyecto no tenía los suficientes recursos para ir a entrevistarlo hasta España. Lo que decidimos fue: Yo hablé con Manuel y le conté sobre el proyecto, cuál era la idea, y él me dio 4 o 5 nombres de personas muy cercanas a él acá en Colombia. Lo primero que hice fue una investigación previa a estos personajes y por último entrevisté a Manuel vía Skype, en una entrevista que duró 4 horas seguidas. Desde las 7 de la mañana hasta las 12 de la tarde más o menos.
El reto fue contar la historia de una persona que yo nunca pude ver de frente, porque además la idea era hacer un texto más inclinado hacia la crónica, y yo cuando escribo crónica, me valgo mucho de las descripciones, del físico de los personajes, de los movimientos, de su entorno, y en este caso claramente no podía hacer eso ya que lo vi a través de Skype en un plano cerrado. Pero no tenía más elementos.
Otra de los retos para escribir la historia fue la exigencia de la editora en la rigurosidad con las fechas, con la información, con los datos y todos estos personajes eran difíciles de entrevistar, en el sentido de que no se acordaban específicamente de eso, de las fechas, de los datos, entonces tuve que preguntar de manera insistente.
Al final me dí cuenta de que todos los inconvenientes que tuve contribuyeron a que la historia resultara contada como lo está, algo que me gustó, porque siento que no caí en ningún cliché del típico homosexual, siento que en eso logré respetar a Manuel, y que quizá si las cosas hubieran sucedido al revés, hubiera caído fácilmente en eso sin tener mucha conciencia de que lo estaba haciendo.
4.- ¿Cuál consideras que puede ser una herramienta para abordar estos temas y no generar estigmatización?
Para abordar una investigación es primordial empaparse del tema, para poder explicárselo al lector, y en este tema muchísimo más, porque para mí era desconocido, yo nunca había hecho textos relacionados. Ser muy consciente de que él es una persona común y corriente que no tiene nada distinto al resto, asesorarse mucho en el lenguaje porque a veces el desconocimiento del lenguaje adecuado para hablar de ese tema, por ejemplo, me pudo haber llevado a que lo estigmatizara.
También pienso que básicamente es respetar a los demás, si tenemos al frente una víctima, un niño, un anciano, o una persona de la comunidad LGBTI, debemos saber que todos somos iguales y que si se parte de ese respeto, la persona no se va a sentir agredida.
5.- ¿Qué recomendaciones das a los periodistas que trabajan con temas de la comunidad LGBTI?
Tener un conocimiento de cada tema que vamos a hablar, es lo mínimo que debe hacer un periodista, tener cerca a expertos y personas que conozcan el tema, ya que pueden aclarar términos, o dar luces del camino que debes seguir. En este caso, a mí también me sirvió tener múltiples fuentes, eso nunca sobrará. La editora también fue muy trascendental, porque me enrutó y me brindó muchas claves para que la investigación se entendiera y tomara la ruta que queríamos, y, por último respetar a los demás, respetar las fuentes, a los personajes.