Creemos que las vulnerabilidades y riesgos para el oficio periodístico están llegando a un nivel crítico. Durante el 2021 documentamos el mayor número de ataques contra la prensa de la década. En los últimos cinco años han sido asesinados 7 periodistas, por lo que Colombia es considerado internacionalmente el segundo país de América más letal para la prensa después de México. La falta de respuesta estatal frente a estos ataques es similar a la que se vive en gran parte de la región, que también ha tenido un año lamentable, con récord de periodistas asesinados, encarcelados, medios allanados y legislaciones restrictivas. Lamentablemente esta situación de vulnerabilidad se acentúa durante los procesos electorales.
Por otra parte, la confianza de la ciudadanía en la prensa se encuentra en un punto muy bajo y existe una atmósfera de creciente escepticismo sobre la veracidad del contenido que reciben las audiencias. Sin importar cuál es la fuente, cualquier información periodística es susceptible de ser recibida con suspicacia.
Conscientes de esta radiografía nos preguntamos cómo avanzar en el fortalecimiento de la libre expresión y el derecho a la información en medio de esta multiplicidad de factores que los socavan. De manera permanente escuchamos preocupaciones y cuestionamientos de la ciudadanía, que plantean preguntas existenciales sobre la profesión: ¿a quién le decimos periodista?, ¿qué es la verdad y cómo pueden los medios asegurar que la tienen?, ¿por qué importa, realmente, el trabajo de la prensa? Son planteamientos que deben atenderse de manera urgente.
Estamos convencidos de la necesidad de fomentar un debate más profundo sobre la relevancia de la calidad, la integridad ética, la rigurosidad y la veracidad como valores esenciales para quienes se dedican a generar de manera habitual contenidos noticiosos. Con ese objetivo, nos proponemos poner en marcha un proyecto —que en algún momento podrá convertirse en una nueva entidad del sector—, para velar por la transparencia de los medios informativos. Estamos abiertos a la vinculación de otras organizaciones para impulsar los objetivos que nos animan, y que inicialmente son:
1. Identificar las mejores prácticas que existen de autorregulación en el país, así como realizar un diagnóstico y mapeo de buenas prácticas internacionales. 2. Determinar necesidades y acciones que conduzcan a reforzar la confianza de
las audiencias frente al periodismo, contando con la participación de la ciudadanía, periodistas y directores de medios.
3. Producir guías de buenas prácticas y recomendaciones para abordar temas que de manera preocupante se extienden en nuestro medio, como los discursos de odio y la desinformación organizada en línea.
4. Adelantar casos de estudio controversiales con miras a generar referentes útiles para el mejoramiento del ejercicio periodístico.
Somos conscientes de que en Colombia existen y han existido importantes sistemas de defensa de las audiencias. Nuestro empeño será determinar qué otras acciones pueden contribuir a la transparencia y actuación ética del sector, y de esa manera asegurar la permanencia de la función social que cumple el periodismo. También garantizar que exista un mecanismo permanente para pensar y hablar sobre la responsabilidad de los periodistas, que ayude además a prevenir o reducir la injerencia de los gobiernos u otros poderes externos sobre los medios y preservar la independencia editorial.