Más que el doctor en filosofía, el antropólogo y el semiólogo, Jesús Martín Barbero fue el ‘maestro de maestros’ de las teorías de comunicación en Colombia. El español que decidió elegir al país para vivir y narrar el estudio de la comunicación en América Latina, con sus matices y su propia identidad cultural.
Quisimos entender la relación de su trabajo, desde la comunicación y la cultura, con los medios y el periodismo, por eso le preguntamos a cinco de sus estudiantes, colegas, estudiosos de su trabajo y amigos cuál es la lección de Martín-Barbero, que en el contexto actual, deben conocer todos los periodistas para practicar su oficio
Germán Rey, investigador y docente.
Yo creo que quedan varias lecciones, pero una de ellas es que Jesús Martín Barbero hizo un análisis crítico a la evolución de los medios de comunicación y observó que el centro debería ser, más que los medios, lo que él llamó las mediaciones, es decir los procesos que están involucrados en las diversas manifestaciones comunicativas de los seres humanos y de las sociedades. Un segundo punto importante es que tuvo una mirada Latinoamericana al tema de la comunicación y estableció una conversación entre la comunicación y el periodismo, las ciencias sociales y los contextos en el que el periodismo se realiza.
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Beatriz Marín, docente de la Universidad Pontificia Bolivariana.
Hay una frase que Barbero pronunció sobre el periodismo que hace alusión a que ‘una cosa es la edición correcta y otra es la visión verdadera, una cuestión que hace temblar al espíritu al cuestionarlo sobre lo que entiende por esencia’.
Yo pienso que esa frase va muy en consonancia con lo que está pasando ahora y con la voz del periodista, porque hay cosas que uno cree que ve, pero que no son la verdad. A lo que está llamado el periodismo es a presentar, a entregarle a la sociedad, la verdad de los hechos, lo que él llama la visión verdadera.
Recomendación: Creo que es importante leer El oficio del cartógrafo. Es de los últimos libros que publicó, que hace mucha alusión al tema de la reportería y recoge lo esencial de sus aportes a la comunicación en América Latina.
José Miguel Pereira, profesor de la Pontificia Universidad Javeriana.
Son muchas las reflexiones. Podría empezar con que siempre resaltaba que el periodismo debía tener una profunda responsabilidad ética en su formación, en los valores, estar centrada en tener claridad ético-política frente a para quién se trabaja y con quién se trabaja. Por eso él hablaba más de los mediadores sociales que de los voceros. El periodista no debe ser el vocero del poder económico, político o ideológico sino que debe tener presente que su principal propósito es la comunidad, los ciudadanos y que en ese punto debe tener claridad política sobre la construcción de los contenidos y la información.
Recomendación: Revivan la charla que tuvo el maestro con Miguel De Moragas en la Cátedra UNESCO de Comunicación en 2013. Ahí podrán encontrar varios de sus aportes.
Gloria Inés Mestre, investigadora y docente.
Con el pensamiento de Jesús Martín Barbero, compartido en diversos espacios y tiempos, así como la pequeña utopía que manifestaba conservar, resulta pertinente para el campo del periodismo repensar el potencial de integrar las transformaciones de la sensibilidad y las transformaciones tecnológicas. Lo que podría posibilitar, desde su mirada de esperanza como investigador, es que el periodismo navegue por mapas de hipertextos con agendas orientadas a la pluralidad, heterogeneidad y diversidad. Sumado a que las prácticas del periodismo persistan en la búsqueda y recuperación de relatos, memorias, lenguajes y formatos, encaminados a la comprensión y comunicación de identidades en una nación de complejidades.
Kevin García, docente de la Universidad del Valle.
A modo de anécdota, cuando lo invitaron a crear la Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Valle, propuso que fuera una facultad de comunicación social y periodismo. Con eso le dio un giro central a la hora de pensar este tipo de escuelas, porque se sustenta en su pensamiento: ‘lo importante no son los hechos, sino la dimensión humana implicada en los hechos’.
Él decía que los medios no son, simplemente, conductos que permiten intermediar información, sino que agendan procesos de comunicación, hacen visibles algunos temas invisibles, crean jerarquías de fuentes, señalan unos tópicos y enmarcan unas lecturas.
Lo que él propuso fue poner en el centro a las personas y preguntarnos cómo están mediando, cómo usan esa información y crean sus propias prácticas de comunicación. Esto es supremamente importante a la hora de pensar en dinámicas de innovación en el periodismo.
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