Las armas que estos grupos ilegales adquieren, son la fuente de su poder intimidador y de acción. Con la firma del acuerdo de paz y el proceso de pacificación con las FARC, se pensó que el tráfico de armas disminuiría, pero este mercado es tan lucrativo que ha visto su crecimiento acelerado, potenciando el aumento de la violencia y dando un mayor poder a las organizaciones criminales.
Rifles recuperados por la Policía. Foto: Policía Nacional de Colombia
El periodista de ¡Pacifista!, Eduardo Carrillo Galvis, estudia el tema y realiza una investigación sobre el tráfico de armas en Colombia, tomando como punto de partida las declaraciones del Coronel John Marulanda del ejército. De esta manera, brinda respuestas a las preguntas fundamentales que surgen de este problema nacional: ¿Cuáles son las vías de ingreso al país de este armamento?, ¿de dónde provienen estas armas?, ¿quiénes las compran?
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El Coronel Marulanda afirma que el mayor porcentaje de armas ilegales ingresa por las regiones del Urabá y el Darién, por vía acuática y aérea. En segundo lugar, por las regiones del Pacífico: Chocó, Valle del Cauca, Cauca y Nariño, provenientes de Ecuador. También ingresan por la frontera con Brasil y Venezuela, provenientes mayormente de los Estados Unidos y de Europa, de países como Bélgica, Francia, España, Bulgaria, Alemania, Hungría, Rusia, China y Corea del Norte. Estas armas ingresan también de Panamá, provenientes de Centroamérica.
Armas de las Farc en Tolima. Foto: Colprensa
¿Quién fabrica este arsenal de armas? Según Marulanda, provienen de diferentes países con tradición de fabricación de armas, como Rusia, Rumania, China y Estados Unidos, entre otros. La empresa estadounidense COLT por ejemplo, fabrica el AR15, el fusil semiautomático preferido por guerrilleros, narcotraficantes y el crimen organizado, por su adaptabilidad y configurabilidad.
No deja de ser irónico que muchas de estas armas son compradas legalmente por empresas de seguridad o personas, pero luego son robadas o perdidas y terminan en manos de grupos guerrilleros y paramilitares, organizaciones dedicadas al narcotráfico y bandas de delincuencia organizada.
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Marulanda expresa que, de acuerdo con las agencias de seguridad del Estado, son justamente estos grupos los principales interesados en ingresar armamento de forma ilegal al país, para sustentar sus acciones terroristas y criminales, por lo que recurren al mercado negro para comprarlo, principalmente en Tailandia, Bielorrusia o Jordania. También en Estados unidos y Portugal.
Las grandes cantidades de dinero obtenido por el narcotráfico, el secuestro y la intimidación, entre otros, permiten a estos grupos adquirir grandes cantidades de armamento y pagarlo en efectivo, pero también se ha vuelto frecuente que estas bandas intercambien drogas por armas, sobre todo cocaína y heroína; una modalidad que llaman “el mano a mano”, narcóticos por armas, y de esta manera no dejan rastro de la transacción.
Los combatientes de la guerrilla ELN cuentan con armas de última generación. Foto: www.jmarulanda.com
La investigación también establece que son muchos los que comercializan con armas, entre ellos, conocidos vendedores de armas, como Monzerr al Kassar, un sirio que se dedicaba al tráfico internacional de armas y que fue capturado en España.También los viejos conflictos armados de países de Centroamérica son una fuente conocida de armamento, que luego de terminada la guerra en estos países, reciclan las armas y las venden a grupos armados y delincuentes comunes en Colombia.
“…cualquier organización delictiva que cuente con el suficiente dinero, con cocaína o heroína, y que tenga acceso o conocimiento para llegar a los traficantes de armas internacionales, puede adquirir el material de guerra que desee… Todo se puede adquirir en el mercado negro internacional …”
– John Marulanda.
La investigación concluye que el otro mal que se une al tráfico ilegal de armas, es la fabricación artesanal. El Coronel Marulanda sostiene que las Farc lograron construir morteros de 60 mm con tubos de Ecopetrol y otras empresas, y sus respectivas granadas. Sin embargo, éstas prácticas fueron abandonadas por la guerrilla, luego de que tuvieron la capacidad financiera para comprar armamento de última generación. Pero aún hoy en día, la delincuencia común fabrica sus propias armas, rudimentarias, pero igualmente mortales.
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Cifras y datos están allí para sustentar medidas a tomar por la institucionalidad, pero mientras sigan existiendo grupos irregulares y bandas criminales, el tráfico de armas continuará con sus terribles consecuencias.
Tuvimos la oportunidad de entrevistar al autor de este trabajo investigativo, el periodista Eduardo Carrillo Galvis, quien contó detalles sobre la problemática y las técnicas que utilizó para llevar a buen término este trabajo.
1. ¿Cómo venció el reto de contactar al Coronel John Marulanda?
Lo primero que debe hacer un periodista es romper la crisis de desconfianza que existe con sus fuentes por la circulación de noticias falsas que la pueden afectar y desprestigiar gravemente a una persona o entidad. Una vez superada esta etapa es necesario buscar una fuente que goce de credibilidad y confianza por sus conocimientos, porque su opinión es muy importante para los lectores de la prensa, portales de internet, blogs, medios digitales; la radio y la televisión.
En este caso, el señor coronel John Marulanda, además de ser un oficial del Ejército Nacional en uso de buen retiro, es experto en todo tipo de armas convencionales y no convencionales, es un analista internacional y consultor en seguridad y defensa nacional e internacional. Es una fuente segura, porque habla con conocimiento de causa.
Un soldado colombiano hace guardia ante una pila de armas antes de ser fundidas. Foto: Rafa Salafranca. EFE
2. ¿Estuvo el Coronel siempre dispuesto a hablar?
El señor coronel Marulanda estuvo todo el tiempo dispuesto a hablar sobre el tema, claro, porque lo domina a la perfección y habla claro y preciso.
3. ¿Cuál fue su principal desafío en esta investigación?
Para todo periodista el desafío es acertar y llevar una completa y detallada investigación con cuadros estadísticos y rodear la información con expertos en la materia, en este caso el señor coronel Marulanda, entre otros.
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4. ¿Sintió amenazada su integridad por ejercer su labor?
No sentí ninguna amenaza para mi integridad durante el desarrollo de esta investigación. Pero es necesario aclarar que en el pasado si recibí amenazas por parte de actores armados del conflicto y de personas que no querían que sus historias, que los podrían llevar a la cárcel tras enfrentar un proceso judicial, salieran a la luz pública.
Actualmente como periodista no afronto amenazas. La razón, porque no me salgo de la búsqueda de la objetividad, porque no calumnio, no invento y siempre estoy en búsqueda de fuentes confiables y seguras (oficiales, no oficiales y alternativas) y de documentos que permiten fortalecer la información que publico.
Los periodistas deben consultar a más de una fuente. Siempre hay más de una confiable y segura, pero se deben buscar todas las alternativas posibles para enriquecer una investigación y publicar una noticia, un informe y una crónica que permita ilustrar e informar a los lectores, televidentes y oyentes de la radio.
La investigación ‘La ruta de las balas’ puede ser consultada haciendo clic aquí.