El pasado 8 de febrero, la campaña al Senado de la abogada Lorena Ríos por poco termina de manera trágica. Ese día, mientras estaba en la autopista Bogotá–Tunja, la candidata del partido Colombia Justa Libres tuvo un choque grave con un camión. Su carro terminó en pérdida total. Ríos salió indemne y prometió seguir con más ahínco su correría nacional en búsqueda del voto cristiano, que la ha llevado a un sinnúmero de iglesias a lo largo y ancho del país.
Las conoce muy bien. Entre 2018 y 2021 esta abogada de origen nortesantandereano fue directora de Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior, que ayudó a crear. Bajo su batuta, el presupuesto de esa dependencia casi se triplicó al pasar de menos de 500 millones de pesos a 1659 millones de pesos. Uno de sus programas bandera fue el Banco de Iniciativas Interreligiosas (BIIR), impulsado en 2020 en seis departamentos, en alianza con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), según indican reportes internos.
Se les otorgaron cuatro millones de pesos a cada uno de los 71 proyectos liderados por iglesias, vinculados a “buenas prácticas de impacto social, humanitario y de emprendimiento” y a su aporte para cumplir las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), tal como señala la resolución que impulsó esta política en 2020.
Sin embargo, esta investigación de Consejo de Redacción (CdR) muestra que, en al menos diez casos, los recursos se entregaron a fundaciones, congregaciones y personas cercanas a políticos, en particular del partido cristiano Colombia Justa Libres. Movimiento que le dio el aval a la candidata Ríos, que además ha visitado parte de las iglesias beneficiarias con el BIIR, en las que han cedido su púlpito para que haga campaña e invite a los feligreses a votar por ella y su partido.
Lorena Ríos señaló que los recursos se entregaron a través de una convocatoria pública donde no tuvieron injerencia y que el proceso técnico fue del PNUD. “Mi función era garantizar transparencia, neutralidad y que participaran todos los que se sintieran con la capacidad. Me interesaba dejar evidencia que se consolidara un banco de iniciativas interreligiosas y que las organizaciones podían participar en la ejecución de este tipo de proyectos”.
Subrayó además que “la convocatoria fue hace dos años y mi decisión de renunciar fue hace 11 meses”.
¿Caramelo político?
Es un domingo de noviembre en un sector residencial de clase media en el centro de Bogotá. En la vivienda blanca de dos pisos cuyo garaje sirve de sede de la Iglesia Vida Nueva para Colombia, el pastor Jacob Hurtado Vargas pronuncia su sermón. Lo acompañan algunos familiares, un par de feligreses con la Biblia en la mano y un celular que transmite en directo la prédica por redes sociales. Hurtado advierte que hay que prepararse para una batalla espiritual en 2022.
Su congregación es una de las beneficiarias del BIIR. Y por partida doble. El informe final de esta iniciativa muestra que la Iglesia Vida Nueva para Colombia obtuvo una de las ayudas para “promover a través de talleres la paz y la tolerancia” y que la Fundación Vida Nueva para Colombia, en la que figura como presidente, recibió el apoyo para “fomentar espacios de diálogo para la resolución de conflictos y así contribuir con la disminución de la violencia en jóvenes, adolescentes y migrantes”.
No esconde que va a apoyar a Ríos en las elecciones, quien justamente promovió la creación del BIIR. Hurtado sostiene que la exdirectora de Asuntos Religiosos “empoderó a las iglesias y fundaciones” y que “la iglesia tiene que valorarse y llegar a la administración pública”. En las elecciones de 2018, sus redes sociales mostraban cómo varios de sus miembros hicieron campaña por Colombia Justa Libres, incluso invitando candidatos a los sermones.
Pero el caso de Hurtado no es una excepción. El pasado primero de febrero Lorena Ríos visitó la Iglesia Manantial de Vida, otra de las beneficiarias del BIIR. La iglesia, una de las más importantes del país, es liderada por los pastores Fulvia Arboleda y Eduardo Cañas, quien fue copresidente del partido de Ríos.
En una prédica frente a la audiencia, con Ríos y otros candidatos arrodillados con las manos en alto, Cañas advierte a los feligreses que tienen la libertad y que “no es obligación”. En seguida, les dice que “hay que brillar en los estratos del Gobierno” y le pide a Dios: “Úsalos, dale los votos que necesitan”. La bendición se cierra con un proverbio, que toda la audiencia repite: “Cuando los justos gobiernan, el pueblo se alegra”.
En su correría, Ríos también estuvo con la pastora Lyda Elena Arias de García, en Cartagena, quien accedió a dos beneficios del BIIR; por un lado, como representante legal de la organización Fundeva y por otro, a través de su Iglesia Cristiana Castillo de Oración y Milagros. Arias no es ajena a la política. En 2017, fue invitada a formar parte del llamado Consejo de Ilustres por el pastor cartagenero Miguel Arrázola, reconocido rostro de la campaña del No en el plebiscito por la paz de 2016. Dicho Consejo fue un movimiento de organizaciones religiosas que tuvieron activa participación en las elecciones legislativas y presidenciales de 2018.
En Cúcuta, Ríos recibió la bendición del pastor de origen brasileño José Satirio Dos Santos, quien lanzó desde el púlpito que “el justo debe gobernar” y que había que apoyarla para no destruir lo que ella había hecho desde el Gobierno. La iglesia de Dos Santos, el Centro Cristiano, fue una de las que accedieron a recursos del Ministerio del Interior.
El pastor ha sido en Cúcuta uno de los apoyos más vocales de Colombia Justa Libres. Comparó en un video publicado por el partido las elecciones a Congreso de 2018 con una “constituyente” para los cristianos, pues argumentó que en ese momento muchos temas fundamentales como la familia y la libertad de credo estaban en juego. Dos Santos también apoyó en 2019 al candidato del Centro Democrático a la Gobernación de Norte de Santander.
Otro pastor que la ha recibido y le ha dado un impulso público es Humberto Fajardo, presidente de Las Asambleas de Dios en Colombia. Mateo Fajardo Rodríguez, hijo de este jefe religioso, obtuvo dos contratos de asesorías de la Oficina de Asuntos Religiosos en 2019 y 2020 por un total de 36 millones de pesos, según muestra el portal de contratación pública Secop.
Para el historiador Richard Alejandro Romero, autor de la tesis El Neopencostalismo en Colombia, “las Asambleas de Dios es la denominación pentecostal más grande del país y Lorena Ríos pertenece a esa denominación, entonces ellos le prestan un apoyo para llegar a la presidencia a Juan Manuel Santos y él, de una u otra forma, se ve obligado o en la necesidad de retribuir en un cargo administrativamente político a estas entidades, y llega ella ahí y se encarga también de favorecer a quienes la ayudaron a llegar a ese cargo”.
Ríos aclaró que su campaña es apoyada por recursos propios y familiares, y que hasta ahora ha logrado viajar por 20 departamentos, la mayoría en carro. Además, señaló que: “No he recibido aportes de mi iglesia, de otras organizaciones o iglesias, ni del partido Colombia Justa Libres. Además, creo que las iglesias no se deben prestar para esto, ni estar en esto” (ver entrevista completa).
Construyendo partido
El programa que Ríos impulsó benefició de manera repetida a personas cercanas a Colombia Justa Libres. Creado en 2017, este movimiento está basado en la cosmovisión bíblica y los principios cristianos, y agrupa la mayoría de denominaciones protestantes del país. El senador John Milton Rodríguez es uno de sus cofundadores y rostros más visibles. Ingeniero, pastor, ideólogo y político, es ahora candidato presidencial. En las legislativas de 2018 obtuvo 498 000 votos y asegura que para 2022 espera obtener un caudal de 5 millones de votos para pasar a segunda vuelta.
En el plebiscito sobre el acuerdo de paz entre el Gobierno y las Farc, Rodríguez fue uno de los promotores de la campaña del No y argumentaba que el pacto de La Habana incluía referencias a la llamada “ideología de género” —un discurso político que denuncia una supuesta agenda feminista y LGTBI+ contra la familia tradicional.
Rodríguez se adhirió en 2018 a la campaña del actual presidente Iván Duque, un apoyo que fue visible en la posesión presidencial. Ese día, por primera vez en la historia de Colombia, los representantes de una iglesia no católica asistían al acto de investidura y besamanos de un primer mandatario. Después de las misiones diplomáticas y la bancada de Gobierno, los pastores John Milton Rodríguez y Eduardo Pacheco Cuello tuvieron tres minutos en televisión felicitando al nuevo presidente. Luego, los líderes espirituales se abrazaron con Duque, su esposa y la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez para realizar una plegaria durante la transmisión en vivo.
De una u otra forma, explica el historiador Richard Alejandro Romero, “entiende uno que hay un favorecimiento en contraprestación a esos apoyos”.
El historiador apunta que si bien en 1991 se logró abrir la participación política de las iglesias, fue con las movilizaciones contra el proceso de paz y las cartillas sobre discriminación sexual en 2016 que mostraron todo su poder en las calles.
El senador Rodríguez señaló que, si bien han apoyado al Gobierno Duque, su partido ha mantenido autonomía e independencia. Señaló en particular su oposición a la malograda reforma tributaria de 2021, a los presupuestos general de la Nación, a la reglamentación de la eutanasia y a la política de seguridad.
En el Valle del Cauca, Rodríguez accedió a recursos entregados por el Ministerio del Interior. La Fundación Misión Paz, que es parte de la Iglesia Misión Paz a las Naciones del Mundo, de este senador, recibió ayudas para “contribuir a la generación y fortalecimiento de ingresos, facilitando capacitaciones, venta de productos creados por población en condiciones vulnerables”.
La pastora Flor María Umba Puentes, establecida en Bogotá, fue parte de los primeros afiliados de Colombia Justa Libres en 2008. Dirige Vida en Acción / Pastoral Social, una organización que trabaja con población vulnerable, de la que es parte la Fundación Salvemos a Cristian, otra de las entidades favorecidas por el BIIR con un proyecto de “formación de población de jóvenes en habilidades blandas, facilitación para la validación de certificados de educación formal”. Aunque en el sitio web de la Fundación Salvemos a Cristian se encuentra publicado el Informe de gestión y los estados financieros de 2020, no incluyeron actividades vinculadas de manera explícita con las iniciativas BIIR.
En 2019, Colombia Justa Libres logró una de sus principales conquistas electorales en el ámbito local al apoyar a Víctor Manuel Tamayo Vargas en la carrera a la Gobernación de Risaralda. Para su posesión, le envió una tarjeta de invitación a William Restrepo Vásquez, en la que aparece como miembro de la Mesa Municipal en Pereira del partido Colombia Justa Libres. Por medio de su Fundación Pereira Líder, el Poder del Acuerdo, es también beneficiario del BIIR con un convenio para “desarrollar integralmente la vida de los jóvenes, a través de la generación de diversas habilidades para la educación y el trabajo”. La fundación de Restrepo, quien hace alarde en sus redes sociales en vehículos BMW y sus viajes a Florida, fue creada apenas en 2019.
En San Andrés y Providencia, uno de los beneficiarios del BIIR también ha tenido vínculos con el partido cristiano. Esta investigación pudo establecer que la iglesia Jehová Tsidkenu es representada por Fisher Atala Gordon, excandidato a la Asamblea de San Andrés en 2019 con el aval de Colombia Justa Libres.
El senador Rodríguez señaló que “en Colombia Justa Libres no hay fundaciones o iglesias. El partido está conformado por individuos que de forma particular se vinculan o se afilian a un partido político”. Añadió no tener “conocimiento de cómo se crearon los premios, cómo se los ganaron”.
*Haga clic aquí para conocer el informe final del banco de iniciativas interreligiosas.
** Haga clic aquí para conocer la resolución en la que se autoriza cerrar el Centro Estudiantil Cristiano Cordero de Dios.
Pocas respuestas
Esta investigación envió un derecho de petición al Ministerio del Interior que incluyó preguntas sobre presupuesto, criterios de selección, seguimiento a la ejecución, experiencia de los postulantes. El Ministerio contestó que la política que impulsó tenía “el propósito de reconocer al Sector Religioso como un actor clave en pro de la construcción del tejido social y desarrollo sostenible”. Si bien reconoció que la mayoría de los beneficios fueron a iglesias cristianas, la iniciativa “no distingue entre confesión religiosa”.
El ministerio, en el derecho de petición, también adjuntó el informe final del BIIR. Ahí resaltan que 13 500 personas se vieron beneficiadas por esta política en áreas como seguridad alimentaria, educación, salud, resolución de conflictos, empleabilidad. Sin embargo, ese documento no contiene información alguna que muestre cómo se garantizará la correcta inversión de recursos en las iniciativas seleccionadas.
Sobre todo frente a algunos proyectos con objetivos tan difíciles de cumplir como “promover espacios verdes seguros que contribuyan a la mitigación del cambio climático y a la seguridad alimentaria” en Bogotá, “contribuir a las actividades de reciclaje y la salud mental de la población, reutilizando cien litros de aceite de cocina en la ciudad de Pereira” o reconstruir la infraestructura de comedores e iglesias afectados por el huracán Iota en San Andrés.
El Ministerio no contestó un cuestionario que buscaba más precisiones sobre la ejecución de estas ayudas, así como sobre la posible vinculación política de los beneficiarios. El PNUD tampoco contestó a las preguntas que se le enviaron para que explique su rol dentro del BIIR.
Sin embargo, no solo brillan las alianzas políticas entre los beneficiarios del BIIR. Algunos rechazan esa cercanía con el Gobierno e incluso piensan devolver la ayuda. El calor sofocante que hace en Cali a las diez de la mañana redunda en el interior de la sede de la iglesia Es Tiempo de Bendición, en el distrito de Aguablanca. El pastor José Julián Caicedo Solís explica la pesadilla en la que se le convirtió el supuesto “premio” que recibió y que está a la espera de devolver.
“Cuando nos seleccionaron en el Banco de Iniciativas Interreligiosas lo vimos como un premio a esa labor que venimos realizando hace cinco años de entregar mercados, alimentos y ropa a las personas más necesitadas y vimos ahí la oportunidad de seguir funcionando (a pesar de la pandemia)”, manifiesta el pastor Caicedo.
Con la bonificación del BIIR pagó el arriendo para evitar un desalojo. “En una visita me dijeron que ese dinero solo se podía utilizar en comida. Si a mí me dicen que es un proyecto con el Gobierno, yo no me meto en eso porque ya la gente sabe cómo son las cosas con el Gobierno y nosotros buscamos hacer labor social, no hacer cualquier cosa para bajar recursos”, asegura.
El próximo 13 de marzo, miles de cristianos votarán. Colombia Justa Libres tiene una apuesta grande: sobrepasar los 500 000 votos de 2018. Pero no va a ser fácil, a pesar de haber logrado representación en el Gobierno Duque y anunciar una alianza con el partido cristiano Mira. Hay divisiones internas, la candidatura presidencial de John Milton Rodríguez está en veremos y otras figuras han ido emergiendo.