Oriundo de La tierra del sol amada, como se conoce a Maracaibo, la segunda ciudad de Venezuela, Janer Javier ‘Payaso Lechuga’ encontró en el circo su hogar. Primero, como aprendiz en talleres de zancos, de clown y de montaje de carpas; después como artista, formador, tallerista y coordinador regional de la Fundación Circo Nacional de Venezuela. Allí fue reconocido como uno de los principales exponentes de estas artes en el país.
Su visión siempre ha sido crear espacios comunitarios donde el circo sea una herramienta de transformación social. Lo hizo en Venezuela y, cuando la tarea llegó a su mayor esplendor, le tocó emigrar. Con dolor dejó su ciudad, su hogar, su carpa de circo, sus elementos e instrumentos y en una maleta solo alcanzó a guardar algunas piezas de malabares, vestuarios y maquillaje.
Migración circense de pueblo en pueblo
Llegó a Colombia en 2019 con su esposa y sus tres hijos, una familia circense: ella, contorsionista; y los hijos, entrenados en diversas disciplinas del circo. Al refugiarse en Colombia, su estrategia fue seguir haciendo lo que más le apasiona: curar por medio de la risa. Para el Payaso Lechuga reír es una excelente manera de deshacerse del estrés, la depresión, la angustia y de cualquier situación adversa que las personas estén viviendo.
Las calles de Valledupar, Riohacha, Santa Marta, Fundación, Cartagena y Barranquilla han testificado el talento del Payaso Lechuga, quien, por su vestuario, maleta de colores, cabello afro y maquillaje blanco, es reconocido en los parques y comunidades del caribe colombiano.
En la actualidad, el Payaso Lechuga cuenta con su ciudadanía colombiana, heredada de su madre cartagenera, lo que le permitió formalizar su oficio en Colombia. Hoy es Consejero de Circo de la Región Caribe ante el Consejo Nacional de Circo del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes.
El artista colombo-venezolano cuenta con el reconocimiento y aval de las instituciones culturales, gremios de artistas y de las diversas organizaciones de la sociedad civil. Esto le ha permitido recorrer los 23 municipios del Atlántico, para llevar el circo con sentido social a los barrios, asentamientos humanos y corregimientos del departamento, donde a menudo se encuentra entre el público a muchos de sus compatriotas venezolanos, con quienes conecta y recuerda los mejores momentos de su paseo artístico por su natal Venezuela.
Fotografías: Alejandro de la Hoz
Nota: material realizado con música de uso libre. Derechos de uso de las imágenes incluidas.
Este trabajo periodístico fue elaborado en el marco de ‘Periodismo en movimiento. Laboratorio de creación de historias sobre migración venezolana en Colombia’, iniciativa de Consejo de Redacción y el Proyecto Integra de USAID. Su contenido es responsabilidad de sus autores y no refleja necesariamente la opinión de USAID o el Gobierno de los Estados Unidos.