«El verdadero nombre de Sandra es Giselda Lobo Silva, la mujer que compartió 24 años de su vida con Manuel Marulanda Vélez, el cofundador y líder de las que hasta hace poco fueron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de las Farc EP. A los 16 años Sandra vio en Eliana a una mujer opuesta a su madre. Vio la oportunidad de seguir un destino distinto al de estar encerrada en una casa teniendo hijos y sometida a un esposo borracho que la maltratara». (Fragmento de la investigación).
Así inicia este relato que recoge las memorias de seis mujeres que jugaron diferentes papeles en la organización al margen de la ley. En una mezla de audios con las voces de Sandra Ramírez, Olga Marín, y Victoria Sandino; algunas imágenes de archivo, y una narrativa periodística rigurosa, llena de voces e investigación, se construye este reportaje, en el que, por primera vez, se unen las historias de las mujeres que han recorrido el camino de la lucha armada desde un inicio, aquellas que entraron allí por que fue la única alternativa en un mundo machista, y quienes aún creen en la lucha.
«¿Por qué ninguna mujer ha llegado al secretariado? “Porque hasta ahí nos alcanzó”, admite Sandra. A ella, que lucha por hacerse a un nombre propio, a un reconocimiento por su trabajo, se le vio recientemente en imágenes del denominado pleno ampliado del Estado Mayor, compartiendo mesa principal con los demás voceros de las Farc. De fondo, en pantalla gigante, una imagen de Marulanda». (Fragmento de la investigación)
Durante este recorrido histórico se puede ver el difícil proceso que ha sido para la mujer darse un lugar en un universo de hombres como la guerra, y ahora, con la implementación de los acuerdos de paz, en un universo como el político, lleno de estigmas, machismo, y corrupción.
«En la Décima conferencia de las Farc, realizada en septiembre de 2016, se amplió el número de integrantes del Estado Mayor Central, pasó de 31 a 61 miembros, entre los que ya hay 11 mujeres. Todavía ninguna en el secretariado.
“No porque no fuimos visibles no estuvimos y no porque no fuimos visibles no fuimos mandos, ¿porque ahora sí? es un propósito mostrarnos, vimos que era necesario porque a la insurgencia se le ha estigmatizado por esto y porque nosotras hemos hecho un trabajo, no nos vamos a dejar seguir ninguneando. Ahora somos conscientes de ese trabajo que hay que hacer de la igualdad de género”». Victoria Sandino en fragmento de la investigación.
Sania Salazar, autora del reportaje, asociada CdR, y periodista de Colombiacheck, cuenta los detalles de la reportería de la historia, qué significó ser mujer al momento de escribirla, y los desafíos de género a los que el periodismo se enfrenta.
1. Es muy interesante que haya sido una mujer quien recupere las memorias de estas mujeres, ¿ser mujer le ayudó a la comprensión de la lucha de estas mujeres? ¿cómo mantener una mirada equilibrada al narrar estas historias de mujeres, siendo una mujer, y conociendo el grado de machismo que se vive dentro de las guerrillas?
El objetivo del trabajo era tratar de explicar cómo fue la vida de las mujeres de las Farc porque los medios de comunicación han difundido mucho más las historias de los comandantes hombres, pero del rol de las mujeres se ha hablado poco. La idea nació precisamente de un taller de periodismo de género. Hasta que hice ese taller, en la cobertura diaria, no me había detenido a pensar en la mirada femenina de los temas. Creo que ser mujer me ayudó a acercarme a las protagonistas de la historia, pero creo que un hombre con un genuino interés en la historia que ellas tienen por contar lo hubiera podido hacer también.
Algo que aprendí en el taller es que, precisamente, al tratar temas de género hay que tener en cuenta las diversas identidades de género que incluyen a gays, lesbianas, transgénero y demás opciones.
El machismo de las guerrillas es, en buena medida, el machismo de la sociedad en que vivimos. Creo que es necesario alejarse de los prejuicios que nos han inculcado sobre hombres y mujeres y ver el mundo con una mente abierta, que no encasille a los seres humanos por su sexo.
2. ¿Por qué cree que hay un vacío periodístico tan grande en materia de memoria del conflicto armado desde la lucha de las mujeres? ¿Por qué no se han documentado sus historias, tanto como las de los hombres? ¿Cree que la historia se ha escrito y contado por hombres?
Eso se puede deber a muchas cosas. El difícil acceso a estas mujeres por estar en la ilegalidad. También falta contar la historia de las mujeres de las fuerzas armadas y a ellas es difícil que las dejen hablar. Pero vuelve y juega el machismo general de la sociedad, creo que esa es la principal razón, no hay interés por relatar esas historias.
3. En varias partes del texto se menciona ese machismo enquistado en la mujer, ese miedo al hacer por ser derrotadas, ¿cree que hay alguna semejanza en el mundo periodístico, de los grandes medios, las salas de redacción, en la que a la mujer le ha tocado luchar un lugar y el respeto?
En general nuestra sociedad es machista. Nos han metido muchos cuentos sobre lo que debemos hacer hombres y mujeres, sobre lo que se espera de nosotros y sobre lo que no está bien visto, pero creo que, afortunadamente, eso está cambiando poco a poco. En Colombia hay periodistas mujeres excelentes a las que seguramente les ha tocado pelearse los lugares donde están ahora, pero lo han hecho muy bien. Han abierto el camino. Creo que el buen periodismo lo hacen en Colombia, por igual, hombres y mujeres.
4. ¿Cómo aconseja tratar a fuentes cuyos testimonios las pueden hacer corren riesgo de ser violentadas debido a sus acciones pasadas y sus ideologías?
Es importantísimo dejarle claro a esas fuentes los riesgos que pueden estar corriendo al contar sus historias. A veces la gente no se da cuenta de que se está exponiendo. También dejarles muy claro cuál es el objetivo del trabajo periodístico. Tener cuidado de no revictimizar. Mostrar los matices, las personas tienen defectos y virtudes. Ellas hicieron parte de un grupo guerrillero que hizo mucho daño, pero también sufrieron en la guerra.
5. ¿Cuál es la importancia de narrar esta parte de la historia en la que la mujer también fue protagonista de la lucha armada en Colombia?
Es importante porque es contar un parte de la historia que conocemos poco. Es verdad que las mujeres en Colombia han sido especialmente afectadas por la guerra, pero también es verdad que hay mujeres que han hecho la guerra. Eso hay que contarlo. Es claro que los grupos armados han cometido delitos, pero sin ánimo de justificarlos me parece que deberíamos por lo menos tratar de entender por qué esas personas decidieron esa opción de vida.
Lee aquí toda la investigación.
Conoce cómo se vivieron los encuentros de capacitación de este CdR/Lab Con Enfoque de Género:
- María Emma Wills, Nancy Prada y ONU Mujeres en primer día de Cdr/Lab Con Enfoque de Género.
- Sandra Sánchez y Fabiola Calvo en el segundo día de capacitación CdR/Lab Con Enfoque de Género.
- Así fue el primer día del segundo encuentro de CdR/Lab: Con Enfoque de Género.
- Así fue el segundo día del segundo encuentro de CdR/Lab: Con Enfoque de Género.