Zoraya, Adela, Angi son tres mujeres, que víctimas del maltrato familiar, de la violencia paramilitar, y falta de oportunidades, ingresaron a las filas de las Farc, siendo muy jóvenes. Germán Arenas, periodista asociado de CdR, narra las historias de estas tres mujeres, que hoy cuentan sus experiencias como sobrevivientes, luchadoras y líderes en los procesos de reconciliación que se llevan a cabo en el país.
Una de estas historias es la de Zoraya, quien hace 17 años ingresó a la guerrilla de las Farc, cansada del maltrato de su familia: su padrastro la golpeaba y la insultaba, su hermano mayor abusaba sexualmente de ella. (…) En la guerrilla se tiene una férrea disciplina. Una de las reglas era que las guerrilleras no podían tener hijos y a veces cuando alguna quedaba en embarazo se tenía que hacer un aborto, pero en otras ocasiones se les permitía tener a sus hijos, aunque y a los pocos meses los entregaban a un familiar cercano o a una familia campesina para que los cuidaran. “Nunca nos quitaron el derecho de ser madres pero sí estábamos advertidas que por el bien de los niños no se podían tener en los campamentos por los combates. Desde hace más de dos años nos informaron que las parejas que quisieran tener sus hijos podían hacerlo sin problema, porque la paz estaba ya cerca”, recuerda Zoraya.» (Fragmento de la investigación)
Hoy esta mujer tiene una hija de siete meses de edad y le ha cumplido el sueño que siempre tuvo mientras fue guerrillera, ser mamá.
Adela también entró a las Farc siendo menor de edad, debido al asesinato de su familia por parte de los paramilitares. Entonces, se afilia al Bloque Sur de las Farc, y José Benito Cabrera, alias Fabián Ramírez, líder histórico de este grupo, termina siendo uno de los profesores que la instruye en combate y en el arte de las letras.
«Adela cuenta su historia mientras trabaja en la zona veredal. Corta palos de madera para alimentar el fogón donde preparan algunos alimentos para ella y sus camaradas. Las funciones de aseo y ranchería, se las reparten, así como en la guerra. “No fue una guerrilla machista. Mis comandantes valoraban mi comportamiento en las filas. Fui una combatiente con muchas horas de contactos armados y con una gran destreza en el manejo de armamento largo, siempre estuve en las comisiones de orden público al frente del combate”, dice. Hoy sueña con obtener su diploma de bachiller y luego tomar cursos en el Sena en Agricultura en Precisión». (Fragmento de la investigación)
Cada una de estas mujeres da testimonio de sus razones para ingresar a las Farc, sus experiencias vividas allí, y las esperanzas que guardan para el futuro.
«Angi es una excombatiente del Bloque Sur de las Farc. Ingresó a este grupo armado cuando tenía 11 años y siempre permaneció en el Frente 32, en el que patrullaba poblaciones del sur de Caquetá y norte del Putumayo. Hoy tiene 28 años. Ella se considera como una niña de la guerra. Dice que enroló en las filas rebeldes por la falta de oportunidades. No pudo estudiar en su vereda porque no tenían ni escuela y menos profesor». (Fragmento de la investigación)
Así, Arenas, en su reportaje, enfoca la mirada en la vida de una mujer guerrillera. Y concluye con la historia de Victoria Sandino, líder de las Farc en la mesa de negociación de La Habana.
«Victoria Sandino relata que el tema del feminismo dentro de las tropas creó algo de malestar entre los hombres, ya que nunca querían aceptar que las mujeres impusieran sus derechos. Hoy en día entre las farianas existe una sororidad en el tema de feminismo el cual lo describen como una doctrina social favorable a la mujer». (Fragmento de la investigación)
Hablamos con Germán Arenas, quien nos contó sobre el desarrollo de su investigación, los principales retos y da recomendaciones para abordar este tipo de temáticas:
¿Cuál cree que es el aporte del periodismo en la construcción de una sociedad equitativa entre hombres y mujeres?
El tema de género era un tema que era difícil anteriormente, porque no se le prestaba el interés necesario, un tema que los periodistas no proponíamos en nuestras agendas, los medios tampoco se interesaban por ello. Espacios como CdR/Lab Con Enfoque de Género que generen ese tipo de consciencia y aprendizajes, se puede empezar a generar más igualdad.
¿Cuál fue el principal reto que enfrento durante la producción de su historia en el marco del CdR/Lab?
El reto, o mejor dicho, el temor que tenía, era cómo abordar este tema con las guerrilleras de las Farc, pues siempre se les veía con camuflado, con sus fusiles en la postura de defender su ideología y casi nunca se trascendía más allá de su accionar militar, por eso abordar el tema de género con ellas fue difícil. Mi mayor reto era ¿cómo construir una conversación con ellas en un tema de género?
¿Qué técnica es fundamental para abordar desde la reportería las historias de género?
Debido a la escuela a la que pertenezco, la escuela Macondiana, soy muy dado a la crónica y la narrativa, así que cuando estoy construyendo una historia como estas, que se presta para visualizar el sitio, las características, el ambiente donde ocurre la historia, yo me imaginaba la casa de bahareque, la tierra, cómo fue su incorporación a la guerrillas de las Farc, cómo era el trato, cómo eran sus deberes, y en general todo lo que ellas me iban narrando, lo que me iban contando, yo me hacía la película y esa técnica me facilitó la escritura, pues eso era lo que yo quería plasmar en la investigación. Uno como periodista tiene que sentir el sabor de la esencia de la fuente que está contando su historia.
Mira aquí el reportaje completo.
Conoce cómo se vivieron los encuentros de capacitación de este CdR/Lab Con Enfoque de Género:
- María Emma Wills, Nancy Prada y ONU Mujeres en primer día de Cdr/Lab Con Enfoque de Género.
- Sandra Sánchez y Fabiola Calvo en el segundo día de capacitación CdR/Lab Con Enfoque de Género.
- Así fue el primer día del segundo encuentro de CdR/Lab: Con Enfoque de Género.
- Así fue el segundo día del segundo encuentro de CdR/Lab: Con Enfoque de Género.