En 1988, el frente 29 de las Farc realizó el primer ataque brutal contra la población en Nariño y la Coordillera Occidental, logrando expulsar con armas y sangre a miembros de la Policía. En este desplazamiento, más de 500 habitantes huyeron hasta Putumayo, con el fin de evitar ser asesinados. El ex personero de Policarpa, Javier Gómez, asegura que a partir de ese momento, la región de Narió se llenó de cultivos ilícitos, aumentó la tala indiscriminada de árboles y la ola de violencia se tomó al departamento.
Bajo el control de alias “Pablo Sevillano”, el bloque Libertadores del Sur de las Autodefensas Unidas de Colombia, se presentó un desplazamiento masivo en 1999, que obligó a casi 350 campesinos a abandonar sus tierras. Muchos fueron los ataques de grupos paramilitares y guerrilleros en esta zona. Para el año 2005, 677 hombres del bloque Libertadores del Sur, se desmovilizaron, sin embargo siete meses después apareció el grupo Autodefensas Campesinas de Colombia Nueva Generación.
En el 2006, los enfrentamientos continuaron hasta el punto en el que fueron desplazadas dos mil personas a causa del fuego cruzados en los “paras” y la guerrilla. En el municipio de Sánchez, Nariño, entre 1998 y 2014 se contabilizan 18.997 víctimas de desaparición forzada, según la defensoría Regional del Pueblo. No es hasta septiembre del año 2009 que los paramilitares son expulsados de la zona por la banda criminal Los Rastrojos, con apoyo de las Farc.
La violencia continúa
El daño psicológico es uno de los principales traumas de las víctimas de la guerra. Solo en la Personería Municipal de Policarpa, se reciben entre 50 y 100 denuncias cada mes de los daños causados por el conflicto armado. Según testimonios como el del abogado Javier Gómez, muchos cuerpos fueron lanzados al río Patía, después del año 2000 cuando varios campesinos regresaron a sus parcelas. Luego de ser torturados, eran arrojados por miembros de la guerrilla o paramilitares, desde el Puente Rojo, ubicado a unos 18 km de Policarpa.
El abandono de Olaya Herrera
En la localidad de Bocas de Satinga en el municipio Olaya Herrera, la violencia fue protagonista en el año 2000, cuando la columna “Alonso Arteaga” de las Farc se enfrentaba constantemente al grupo paramilitar dirigido por alias “Panameño”, “Curva” y “Tyson”. Para el 2001, el sepulturero Ángel Segundo Hernández, asegura haber encontrado 55 cadáveres en fosas comunes del cementerio. El abandono estatal de este municipio fue evidente. La ausencia de la Fuera Pública y las masacres cometidas en su mayoría por paramilitares, enlutaron al pueblo por muchos años.
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Así como esta, 18 investigaciones más surgidas durante el desarrollo del proyecto “La cobertura periodística del conflicto y la paz” apoyado por International Media Support, se encuentran en la agenda temática de transición de la guía “Las coordenadas del posconflicto”, periodismo de transición de la guerra a la paz” de Consejo de Redacción. Una herramienta, para periodistas y editores colombianos que da luz sobre el cubrimiento periodístico de la fase de transición de la guerra a la paz.