La iniciativa pretendía investigar la problemática del embarazo adolescente en América Latina, con un enfoque en el periodismo de datos y colaborativo. Arango y Medina fueron los periodistas encargados de investigar la problemática en Colombia, con la edición de Milagros Salazar, directora de Convoca, un medio peruano enfocado en el periodismo investigativo, se produjo ‘Niñas madres escondidas entre cifras oficiales’.
“En Colombia, más de un millón y medio de adolescentes se convirtieron en madres entre 2005 y 2014, una cifra que se aproxima al número de estudiantes que cada día van al colegio en las zonas rurales del país. A escala nacional, se avanzó en reducir la tasa de adolescentes que se convirtieron en madres, pero la tasa de partos de niñas menores de 15 años creció hasta 2014. La edad promedio de los hombres que las embarazaron era de 21 años”. (Fragmento de la investigación)
Esta investigación, por medio de datos, ilustra la situación del embarazo adolescente en varias regiones de Colombia. Empieza con la historia de Sofía, una adolescente que, en Caucasia, pueblo cerca de Medellín, con solo 15 años, ya tiene un hijo de un año.
“En Antioquia, las tasas de partos en adolescentes pasaron de 42 por cada mil mujeres de esas edades en 2005 a 35 por cada mil en 2014”. (Fragmento de la investigación)
La investigación aborda también las problemáticas que causan el embarazo de niñas: la pobreza, la falta de educación, de un sistema de salud más sólido.
Los periodistas cuentan también la historia de Rosa, una habitante de la localidad de Ciudad Bolívar, que a sus 54 años ya es bisabuela: ella, su hija y su nieta siguieron el ciclo del embarazo adolescente. Esta localidad, una de las más pobres de Bogotá, tiene la mayor tasa de embarazos adolescentes de Bogotá: 72.2 por cada mil habitantes.
Otro de los problemas que deriva de las altas tasas de embarazo adolescente es la muerte, tanto de la madre, como del bebé. Y en los departamentos en los que las cifras de mortalidad fueron más altas, fueron, según los periodistas: “marcados por el conflicto armado y la pobreza, donde no se han creado las redes de asistencia y cuidado médico”.
“Hay regiones del país en las que más de la tercera parte de los bebés esperados por madres adolescentes mueren antes o durante el parto. Y un porcentaje similar de estas jóvenes madres mueren durante la gestación o al momento de dar a luz. La región de la Amazonía concentra altos porcentajes de mortalidad materna. Uno de sus departamentos, Guaviare, encabeza el ranking: más del 35% de las muertes de mujeres embarazadas fueron de madres adolescentes entre 2005 y 2014
En la región Caribe, el departamento de La Guajira (26,76%), con alta población indígena, es el segundo con el mayor porcentaje de muertes de madres niñas y adolescentes entre 2005 y 2014 con cerca del 27% de los casos”. (Fragmento de la investigación)
Edwin Arango habló sobre la investigación, sobre el acceso a los datos en Colombia, las trabas en la búsqueda de la información y la importancia del periodismo colaborativo.
¿Cómo fue todo el proceso de investigación para realizar este reportaje?
Todo comenzó desde un intenso consejo de redacción en el que periodistas y editores de Open Data trazamos una ruta preliminar de trabajo que partió de la pregunta “¿dónde encontrar bases de datos sobre el problema?”
Así se llegó a la definición de un plan, que incluyó una lista de derechos de petición, descarga de información disponible (datos abiertos), limpieza y análisis de bases de datos, trabajo de campo y producción de la pieza periodística. Tal plan incluyó plazos de entrega de productos, verificación, edición y publicación.
En el caso concreto del equipo que realizó el reportaje en Colombia, el trabajo de campo nos llevó al Bajo Cauca antioqueño y el sur de Bogotá para la obtención de historias. Además, se efectuaron entrevistas en Medellín y Bogotá, para contrastar y reforzar los hallazgos obtenidos en el análisis de datos.
¿Hubo algún tipo de trabas para acceder a los datos que presentan en la investigación?
Puede decirse que fue una investigación más bien tranquila. Es decir, es raro que no pasen cosas en casi toda investigación. Pero en este caso no pasó nada que pusiera en riesgo los plazos o el enfoque. Algunos derechos de petición fueron respondidos en fases ulteriores del proceso, lo cual estaba previsto. Aun así, algo de lo provisto por las entidades requeridas fue de provecho. En términos generales se obtuvo un volumen considerable y valioso de información (Data) de acceso abierto al público.
En el trabajo de campo, cierta reticencia inicial de las adolescentes o sus madres contactadas para ofrecer testimonio; no obstante, nada que el tacto y la discreción no pudieron resolver.
¿Cuál es la situación en materia de acceso a bases de datos, y existencia de bases de datos en Colombia?
Teniendo en cuenta lo difícil que fue para otros equipos de Open Data, especialmente los de Ecuador y Bolivia, obtener información amplia y de calidad, puede decirse que la situación de acceso y disponibilidad de bases de datos abiertos abre un campo promisorio para el periodismo de datos en Colombia, más en unos campos que en otros, por supuesto.
Por ejemplo, puede que sea relativamente confiable y accesible la Data referida a salud pública nacional, pero aún hay retos que salvar en materia de contratación, pues, aunque se dispone de un portal estatal dedicado, en sus bases de datos no reposa necesariamente todo el volumen real de contratación pública. Así que eso debe ser subsanado por otros caminos.
¿Cuál es la importancia del periodismo colaborativo en el desarrollo de temáticas como la del embarazo adolescente?
La pregunta en sí conlleva la respuesta: en periodismo de datos no hay resultados plausibles sin trabajo mancomunado.
Lo mismo debería decirse de casi todos los campos periodísticos, pero es imperativo en el caso del que se vale de datos. No solo por los volúmenes de información numérica que suele manejarse en este campo, sino por uno de los aportes más significativos de esta forma de hacer periodismo y contar historias: revelar que la realidad es compleja, sistémica e interconectada. Eso implica que todos, en un mismo grupo, ven fragmentos distintos de esa realidad, que, puestos en conjunto, construyen una visión nueva y profunda de lo que se quiere contar. Y contar en ambos sentidos: con datos y con historias.
Mira la investigación completa aquí.