Existe una brecha muy amplia entre las clases sociales alta, media y baja, aún más reconociendo el contexto al que se enfrenta cada país de América Latina; esta entrega investigativa muestra la realidad de lo más caro que pueden llegar a tener las personas de diferentes niveles socioeconómicos y las condiciones de vida que afrontan, unos para vivir cómodamente y otros para sobrevivir al día a día.
Mientras los ricos dedican su tiempo a coleccionar obras de arte, comprar esculturas en subastas, coleccionar autos y remodelar con lujos sus viviendas; los pobres no tienen capacidad económica suficiente como para comprar carne y acompañar sus comidas, algunos de ellos viven en extremas condiciones de hacinamiento y trabajan más de 12 horas en las calles acompañados de sus hijos.
Somos siete en total y yo los mantengo a todos. Hace un año me compré un televisor plasma de 32 pulgadas, es lo más valioso que tengo, está también mi garrafa (de gas licuado de petróleo, para cocinar), que empeño en caso de emergencia, pero apenas me dan 150 bolivianos (21 dólares)
– Humberto Sánchez Casupá
Imagen recuperada de la investigación, sitio oficial Vice
Combinar el ingreso económico con indicadores demográficos, educativos y de condiciones laborales, fue el trabajo periodístico llevado a cabo para que los entrevistados de un total de 18 países de América Latina pudieran ser divididos en tres segmentos que muestran, a través de sus testimonios, el contraste respecto a la manera de resolver o enfrentar diversas situaciones de la vida cotidiana.
Más que tener cosas materiales, lo que me gustaría es viajar más, conocer durante dos meses otras partes del mundo. He podido conocer Argentina, Chile, Cuba y Francia, pero ha sido con esfuerzo. Ahora ando en un ajuste económico, y seguramente no podré darme esos lujos.
– Jerónimo García Riaño.
Esta publicación, forma parte de una serie titulada ‘Desiguales. Realidades Injustas’, una colaboración entre la ONG Oxfam y VICE News, en la que Ángela nuestra asociada CdR, tuvo la oportunidad de trabajar de la mano de las periodistas Rocío Lloret y Leila Nilipour para la construcción de este especial.
En este espacio, cuenta cómo fue la experiencia de producción, los retos de trabajar aspectos de diferencias socioeconómicas en Latinoamérica y sobre la iniciativa ‘Desiguales. Realidades Injustas’
¿Cómo fue posible realizar la investigación considerando que se realizó en 3 países diferentes de América Latina?
Desigualdad, la eterna tragedia de América Latina, tiene 9 entregas, una de ellas es Pobres v.s Ricos, Vice News desde México y la ONG Oxfam, consideran que tienen que hacer un trabajo periodístico importante de la región y llegan a la conclusión de que América Latina es una de la regiones más desiguales del mundo; puesto que el 75% de la riqueza está en manos del 10% de la población. Estructuraron una serie de preguntas enfocadas en 8 temas, estos fueron: alimentación, seguridad, justicia, salud, ocio, vivienda, trabajo y discapacidad, que se realizaron a personas de 3 países diferentes incluyendo estratos sociales alto, medio y bajo dados por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en total se entrevistaron a 60 personas de 18 países de América Latina.
Respecto a Pobres vs. Ricos, ¿Qué factores consideras que impiden el desarrollo socioeconómico de las clases sociales en latinoamérica?
Esta es una percepción muy personal, la desigualdad me parece el problema principal de esta región, no creo que sean factores de violencia, ni conflicto, ni nada por el estilo, puesto que estos se derivan de la desigualdad y viene directamente del reparto inequitativo de la riqueza. He leído varios informes que dicen que estamos por encima de Africa cuanto a cuestiones de desigualdad, existe una clase extremadamente alta, una clase media indeleble y una clase baja paupérrima.
¿Cómo se pudo hacer una diferenciación entre cada país y a su vez llegar a puntos con similitudes respecto a las condiciones de vida entre las clases sociales?
La diferenciación entre los países se basó en los 8 ejes temáticos, de manera que, nosotras como periodistas, ponemos las respuestas y el lector es el que realmente deduce cuáles son las abismales diferencias entre las clases sociales.
El proyecto primó en los testimonios de las personas que hablaron de su situación económica, de sus seguros sanitarios, sus viviendas, y los barrios donde viven , y es ahí donde se puede evidenciar una diferenciación bien amplia.
Teniendo como referencia que la justicia no es igual para todos, ¿Cómo consideras que afecta el acceso a la tecnología, el desarrollo y la competitividad de las personas de diferentes niveles sociales?
Me parece que la justicia que no es igual para todos, en Colombia somos conscientes de que no todos tenemos acceso a una justicia real y transparente.
El acceso a la tecnología en mi caso como periodista digital, es un aspecto necesario, muchos países creen que dar una tableta es desarrollo tecnológico y eso no es cierto. El desarrollo es ayudar a las regiones menos favorecidas, principalmente con el acceso a internet; si en los Montes de María no hay democratización de la internet, no hay desarrollo tecnológico que valga. Por otra parte, que la tecnología puede estar al servicio de las necesidades de la comunidad y creo que eso no lo estamos viendo, hay algunos esfuerzos por parte de los gobiernos latinoamericanos pero no es suficiente, ellos creen que el desarrollo tecnológico es llevar aparatos a las comunidades y no es cierto, es necesario educar sobre lo que es la tecnología y el manejo para su propia autogestión.
¿Qué retos evidenciaste al momento de compilar los testimonios y decidir aquellos que serían publicados en la investigación?
El problema principal fue el estrato alto, fue muy complicado porque entrevisté a un empresario muy importante de Colombia, — que prefiero no mencionar su nombre — y me dijo que al mes cobraba 30.000 USD, pero no creo que sea cierto, está muy por debajo respecto a lo que realmente cobra, además dijo que no tenía grandes lujos, de manera que no servía para el ejercicio periodístico y sociológico. Igual tampoco este es un motivo para juzgar a los ricos por lo que tienen, pero sí quizás por cómo se han hecho ricos.
Por otra parte, el estrato bajo también fue muy duro, evidencié situaciones realmente difíciles, teniendo en cuenta que todas las personas que entrevisté fueron mujeres, esto evidencia que las historias de sobrevivencia en barrios muy peligrosos en Bogotá. Eso a todos nos da una lección sobre en qué país estamos y qué realidad estamos viviendo.
¿Qué reflexiones te ha dejado el trabajo de campo realizado en Colombia frente al proyecto Desiguales, Realidades Injustas?
Me ha dejado sensaciones similares que otros trabajos periodísticos me han causado, el problema no es el conflicto o las FARC, es la desigualdad en el país, lo digo como inmigrante española que soy, aquí existen las clases sociales más altas que he visto en mi vida, en Europa hay una clase alta pero no existe tan sumamente alta como en Colombia, me llama mucho la atención que hay barrios en los que se paga más que en Nueva York; incluso la clase media en Colombia cree tener un nivel adquisitivo superior al que realmente tiene, pero eso no es cierto, tienen un nivel de vida medio bajo y eso no es ningún motor de poder adquisitivo. Aquí hay plata, pero la redistribución debería ser mucho más justa, aquí las materias primas están en manos de 4 personas que siempre están cerca del gobierno, mientras eso no se cambie no va haber un verdadero desarrollo.
Conoce la investigación completa aquí