Jaime Riaño es un químico nariñense que vivió de la coca por más de 10 años. Su trabajo hizo parte de la cadena criminal de este negocio tan popular en la región. Este hombre, habitante del municipio de Los Andes, asegura que el trabajo representó muchas incomodidades como el miedo constante a ser descubierto por las autoridades, o las precarias condiciones de salud por las afecciones del trabajo con la coca. Por otro lado, Liliana Bastidas, ama de casa y madre de familia, también se suma a la lista de ciudadanos que se vieron obligados a adentrarse en la siembra de coca. Sin embargo, asegura que las ganancias no reparaban la intranquilidad y el miedo que sentía al cumplir este oficio. Estos casos se unen a ese más de 80% de personas que se encuentran privadas de la libertad en la Cárcel de Bucheli en Tumaco, por haber pertenecido a uno de los tantos eslabones del narcotráfico.
Proyectos de sustitución
Los proyectos de sustitución que han llegado a poblaciones como Santa Bárbara, han logrado cambiar la mentalidad de los habitantes. Según el Alcalde Marín Suárez, en aras de favorecer a las personas, el proyecto de sustitución de cultivos de coca va a beneficiar a muchas familias, debido a que podrán trabajar legalmente sin el temor a las autoridades.
El año de 1988, fue la época en el que hubo más ciudadanos implicados en el cultivo de coca. Estas personas aseguran que faltó presencia del Estado. Los temores a las fumigaciones y el miedo a ser capturados, se fueron perdiendo una vez decidieron formar parte de los proyectos de sustitución liderados a través de la Unidad de Consolidación Territorial.
Según Héctor Bastidas, director de la Unidad en el departamento de Nariño, esta región ocupa el primer lugar como productor de base de coca, siendo la costa pacífica la de mayor extensión sembrada en Colombia.
En la actualidad, un total de 19 municipios se han vinculado al programa contra cultivos ilícitos. El primer municipio focalizado fue Tumaco, porque la problemática allí es más compleja, ya que además de la coca, hay presencia de todo tipo de actores armados ilegales. Cabe señalar, que se han invertido alrededor de 22 mil millones de pesos en casi 17 mil familias, durante este proyecto.
La mejor alternativa
Los más recientes estudios del SIMCI –Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos– de Naciones Unidas, revelaron que en Colombia hubo un incremento del 31% en las plantaciones ilegales, por lo que la sustitución voluntaria es la mejor alternativa laboral para estas comunidades. Este programa se financió con recursos de la Unión Europea y logró ser replicado en algunas zonas de Nariño. Hoy hay 3292 familias que viven más tranquilas, pues de las 1100 hectáreas sembradas con coca, 900 lograron ser liberadas.
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Así como esta, 18 investigaciones más surgidas durante el desarrollo del proyecto “La cobertura periodística del conflicto y la paz” apoyado por International Media Support, se encuentran en la agenda temática de transición de la guía “Las coordenadas del posconflicto”, periodismo de transición de la guerra a la paz” de Consejo de Redacción. Una herramienta, para periodistas y editores colombianos que da luz sobre el cubrimiento periodístico de la fase de transición de la guerra a la paz.