El informe del Centro Nacional de Memoria Histórica sobre la violencia contra periodistas ‘La palabra y el silencio’ explica que, además de apagar las voces de los reporteros, los distintos actores del conflicto armado han causado “exilios, amedrentamiento, silencios, interferencia en el oficio, estigmatizaciones y autocensura”. La violencia ha reducido la labor periodística a narraciones únicas y relatos que eluden otras realidades.
Como se escribe en la presentación de la cartilla y recordando al sociólogo noruego Johan Galtung, en el proceso de paz se entendió que “desde el periodismo es posible traducir las guerras al tránsito hacia la reconciliación”. Por eso la Asociación Consejo de Redacción (CdR), junto con RTVC Sistema de Medios Públicos, realizaron el proyecto de formación ‘CdR/Lab Ondas de Paz: radio para todas las voces de las regiones’, dirigido a fortalecer la participación de las emisoras de paz, un compromiso adquirido en el acuerdo final firmado por las Farc y el Gobierno en 2016.
“Estamos convencidos de que la responsabilidad de la (re)construcción del tejido social está en manos de la ciudadanía, por eso la apuesta ahora es abrir los micrófonos y propiciar que las emisoras de interés público, como son las radios para la paz, sean eso, un espacio de encuentro y construcción que reúna las diferentes voces que nos hacen ser lo que somos”, se lee en la presentación de la cartilla, que se plantea como un complemento de la capacitación y que puede servir como insumo para iniciativas similares.
El proyecto de formación se dividió en dos fases: la de capacitación, que fue realizada entre el 23 de noviembre y el 18 de diciembre de 2020, con periodistas y no periodistas de los municipios de Fonseca, La Guajira; San Jacinto, Bolívar; Ituango, Antioquia; Chaparral, Tolima, y Convención, Norte de Santander, en donde se encuentran las primeras cinco emisoras de paz. Por otro lado, el proyecto planteaba la creación de una guía con #SelloCdR.
El resultado de la formación es la cartilla ‘Ondas de Paz: Guía práctica para crear y narrar historias radiales’, un documento que hace un llamado a mirar hacia adentro y volver a la raíz, es decir, hacia esa identidad colectiva que alimenta lo que somos. Las historias se pierden si no son contadas, se vuelven una sola, se camuflan, se desvanecen cuando no hay quien las narre o quien las escuche. Por esta razón, esta publicación pretende ser una guía para que los comunicadores y periodistas regionales cuenten, a través de la radio, lo que pasa en su cotidianidad, lo que los rodea y lo que han vivido antes y después del proceso de paz.
En un primer momento, el texto recorre los lugares, los oficios y los momentos en los que se alojan los relatos para descubrir las voces que pueden sonar en la radio, para esto da algunas claves para contar grandes historias y atrapar a la audiencia. En un segundo momento, los autores de la cartilla explican cómo darles vida a las historias mediante formatos cortos: rostro sonoro, vox pop, postal sonora y reportaje corto. La publicación cierra con el decálogo de ética de los periodistas de las regiones colombianas en el posacuerdo, elaborado en colectivo por los estudiantes de Ondas de Paz, con el acompañamiento de Hernán Restrepo, profesor universitario y coordinador de la Red Ética de la Fundación Gabo.
Para Diana de la Rosa, gestora del proyecto y coautora de la publicación, el objetivo principal de la cartilla es “prestar más atención a los aspectos cotidianos que están en los espacios sociales en los que compartimos. Narrar no solo con cifras sino con las voces de los protagonistas”. Además, añade que la labor periodística radial en la región implica darle cabida a todas las voces: “Es necesario que podamos hacer notar la diferencia a través de la radio y poder decir ‘esta es la esencia de mi municipio’ desde lo positivo, con un periodismo transformador”.
Para Frainayi Sánchez, participante de San Calixto, Norte de Santander, Ondas de paz significó recibir aprendizajes para ponerlos al servicio de la comunidad.
Arley Betancur, participante de Anorí, Antioquia, subraya que “lo más importante es la radio porque entra a todos los lugares. Si tienes un radio tienes una forma de escuchar al mundo”.
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