Uno de los hechos más recientes y dolorosos fue el del martes 23 de julio de 2024, cuando explotó un dron cargado con explosivos en la cancha donde se jugaba un partido de fútbol. Diez personas resultaron heridas y Dylan Camilo Erazo Yela, de 10 años de edad, murió en estos hechos. Su recuerdo sigue siendo honrado en un altar ubicado en un pasillo de la Institución Educativa Miguel Zapata, la única escuela del corregimiento y la más grande del municipio. Dylan cursaba quinto de primaria y soñaba con ser un gran futbolista. El pitazo final sonó antes de tiempo.
Este es el altar con el que los compañeros y profesores de Dylan (QEPD) honran su memoria. Foto: cortesía.
El Plateado es uno de los once corregimientos que conforman el municipio de Argelia, en el suroccidente del Cauca. Argelia tiene una extensión aproximada de 674 kilómetros. El 91.4 % de la población se ubica en zonas rurales. La enorme riqueza hídrica y los paisajes deslumbrantes de montañas empinadas dan cuenta del paso, de sur a norte, del río San Juan de Micay. De esa cuenca se desprenden fuentes de aguas cristalinas: Puente Tierra, Las Pailas, Guáitara y Plateado, que las familias de la zona visitan en sus tiempos de descanso.
Los ríos y cascadas hacen parte del panorama natural que recubre al municipio de Argelia y, en general, al Cañón del Micay. Foto: Paula Naranjo.
Desde hace décadas, en Argelia, específicamente en El Plateado, lo que se percibe es que el Estado no hace presencia en el territorio, situación que han aprovechado los grupos armados al margen de la ley para fortalecerse y expandirse. Primero fueron las extintas Farc y ahora son el frente Carlos Patiño de las disidencias de las Farc, así como una facción de la Segunda Marquetalia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), quienes ponen las reglas del juego.
ABC para intentar llegar
Para llegar a El Plateado desde la terminal de Popayán se requiere de al menos seis horas de viaje en transporte público. En moto es mucho menos tiempo de recorrido por las angostas carreteras y las curvas sucesivas de una vía que tiene partes pavimentadas y otras destapadas, y cuyo estado empeora en temporada de lluvias.
Los vehículos salen de Popayán hacia Argelia en la mañana y desde la cabecera municipal de Argelia hacia el corregimiento solo transitan hasta las 3:00 de la tarde. De noche el camino se hace peligroso.
“Lo primero que debe hacer para llegar a El Plateado es quitarse ese piercing. Allá en algún retén se lo van a decomisar. Tanto a hombres como a mujeres no se les permite eso”, me advierte uno de los habitantes del corregimiento con los que converso en el parque principal de Argelia. Le hablo sobre mi intención de llegar al sitio y también me recomienda buscar un hotel o cualquier otro lugar seguro: identificar viviendas con planchas (placas de concreto), pues las de techos de teja son más vulnerables a una bala perdida, artefacto o cualquier proyectil.
Montañas empinadas y hermosos paisajes en Argelia, municipio donde se ubica el corregimiento de El Plateado. Foto: Paula Naranjo.
El frente Carlos Patiño de las disidencias de las Farc, el grupo armado ilegal con mayor presencia en el territorio, decide quién entra al corregimiento. Según los habitantes, para poder ingresar, exigen un carné o una carta de recomendación de algún habitante de El Plateado.
“Hace tiempo que no voy a El Plateado por lo mismo, porque es complicado sacar el carné. Es dependiendo de la vereda y de la junta donde uno viva, o lo que también piden es una carta de recomendación. Para El Plateado, por lo que es una zona roja, por decirlo así, las personas desconocidas que van en plan de averiguar es más complicado su ingreso. Por allá abajo joden mucho”, me advierte María*, una habitante de Puerto Rico, otro corregimiento cercano.
Por otra parte, los conductores del transporte público exponen sus vidas a las balas diariamente, especialmente cuando se producen los enfrentamientos entre grupos armados y son ellos quienes deben sacar a los habitantes confinados. “Somos una empresa de servicio público y cuando hay conflicto en El Plateado nos ha tocado ir a colaborarle a la comunidad, sacar la gente en medio del fuego cruzado. Hemos estado en las buenas y en las malas”, narra Ramón*, quien es conductor desde hace más de seis años en esta región, a la que llegó desplazado forzosamente del Putumayo.
No toda la economía es ilegal
Sandra*, una mujer de 44 años con la que también coincidí en Argelia, me explica que las reglas que ha impuesto uno de los grupos armados la llevaron a cerrar su estanco de licores. Le solicitaban un reporte de las personas que ingresaban al lugar, puesto que los hombres de este grupo tienen prohibido frecuentar este tipo de establecimientos.
“¿Uno cómo va a reportar una persona de esas que llegue a tomar en su negocio? Uno tenía que reportarlos porque no pueden estar bebiendo en establecimientos así. Eso no me gustó. ¿Qué tal uno vaya y le diga a uno de ellos y después se meta en problemas?”, narra la mujer, quien crio y educó a sus hijos en El Plateado, corregimiento que la acogió hace aproximadamente 18 años, cuando llegó desplazada, también del Putumayo.
Sandra prefiere realizar actividades donde no hay multitud de personas, por ejemplo: ir al río a darle de comer a los patos. Foto: Paula Naranjo.
Según datos de la Alcaldía Municipal, la economía de Argelia se basa en los cultivos ilícitos como la hoja de coca, cuyo precio ha presentado una caída histórica desde 2022, lo que hace que muchos habitantes busquen otro tipo de actividades para garantizar el sustento. El cacao es otra de las principales fuentes de ingreso de cientos de familias. También se han incrementado los cultivos de café, borojó, yuca y plátano.
En Argelia, las comunidades están optando por otro tipo de cultivos, como cacao, plátano y yuca, pero necesitan del apoyo estatal para que la producción salga del territorio. Foto: Paula Naranjo.
De hecho, coincidí con un hombre al que llamaremos Ricardo*, quien está dejando a un lado los cultivos ilícitos para impulsar su emprendimiento de comercialización de mecatos hechos a base de cultivos alternativos locales. Tan solo en El Plateado, cerca de 30 tiendas del corregimiento le son fieles al producto, que lleva un poco más de tres meses en el mercado. El negocio está conformado por él y su esposa. Se levantan a las 3:00 de la mañana para pelar la fruta, tajarla, dejar reposar y empacar para salir a distribuir a las tiendas.
“Estamos en proceso de inversión. Lo que son las bolsas de paquetería, la etiqueta, la selladora. Tuvimos que empezar de cero. Comenzamos solo con $350.000. Incluso, tuvimos que pedir prestado para iniciar. Por el momento tenemos una microempresa, pero la idea es convertirla en una empresa y poder generar empleo. Ahora doblamos turno entre nosotros porque no tenemos la capacidad de emplear a alguien más”, cuenta entusiasmado.
Las deudas históricas
El pésimo estado de las vías dificulta el transporte de alimentos, productos, insumos y materiales en esta zona del país. Asimismo, en Argelia solo hay un hospital de primer nivel, es decir que no tiene la capacidad y el talento humano para atender personas con enfermedades o lesiones graves. Eso implica que, en esos casos, los enfermos deban emprender la travesía de al menos seis horas hasta el hospital de Popayán. Los centros deportivos son escasos, pero no tanto como la educación superior; para estudiar una carrera universitaria hay que irse a vivir a Popayán.
Este es el hospital de primer nivel de Argelia. El hospital especializado más cercano está en Popayán, a 5 horas de camino. Foto: Paula Naranjo.
Varios de los entrevistados coinciden en que a pocos metros de la Institución Educativa Miguel Zapata de El Plateado hay minas antipersonales, incluso, hay gente que dice que se sembraron en el huerto donde antes los estudiantes aprendían a cultivar. Una docente de la institución afirma que por ese mismo colegio, rodeado de minas, leyendas y miedo, han pasado niños que hoy son arquitectos, ingenieros, médicos y futbolistas. Quizá ese puede ser el futuro de Danilo*, un niño de 11 años que cursa quinto de primaria y que sueña con ser un gran portero.
Danilo me cuenta que su día empieza a las 6:00 de la mañana, cuando se despierta, se organiza, toma tinta con galletas y una hora después sale a entrenar fútbol en la cancha del pueblo. Su lugar favorito en El Plateado es precisamente esa cancha de fútbol: allí entrena y juega, pero cuando hay combates tiene prohibido ir. Sus hermanos y él siguen atentamente las recomendaciones de sus padres.
Danilo termina sus entrenamientos y vuelve a su casa a las 8:30 de la mañana, desayuna, hace sus tareas y almuerza. A la 1:00 de la tarde debe estar en el colegio, en una jornada que termina a las 6:00. Lo ideal sería que la ración diaria de alimento estuviera garantizada para él y todos los estudiantes, pero explica que, por remodelaciones en la infraestructura, actualmente él y sus compañeros no reciben un refrigerio.
Un conflicto en cifras
- Según la Defensoría del Pueblo, entre febrero de 2023 y abril de 2024, en Argelia hubo alrededor de 3.192 familias desplazadas por el conflicto armado, lo que equivale a 9.993 personas, un 35.53 % de la población del municipio (28.128, según datos del Mecanismo Intersectorial de Respuesta en Emergencias, Mire). En la cabecera municipal, además del coliseo, se han instalado refugios temporales en los que se atiende a las víctimas del conflicto armado.
En la cabecera municipal de Argelia hay refugios temporales para las familias desplazadas. Foto: Paula Naranjo.
- La Alcaldía de Argelia, así como los habitantes en general, piden que no se les estigmatice por ser considerados una “región cocalera” (De acuerdo a información publicada por El Espectador en diciembre de 2023, en el municipio había cerca de 3.000 hectáreas de coca sembradas). Aseguran que este rótulo ha sido consecuencia de la negligencia histórica del Estado, que no brinda otras oportunidades a los niños y jóvenes, quienes en su mayoría son reclutados forzosamente por las guerrillas.
- “Todos los gobiernos hacen lo mismo, mencionar y señalar. No dicen, por ejemplo: ‘Arreglemos las vías’. Por ahí no más empecemos, imagínese, todas son hechas por la misma población, porque la misma gente las financia con peajes y con eso se hace el mantenimiento”, cuenta Carlos*, un habitante de El Plateado, quien no atribuye la iniciativa de financiación a alguien en particular, pero se presume que pueda ser de uno de los grupos armados que hace presencia en el territorio, el cual buscaría a través de estos actos legitimar su discurso.
- En la actualidad, está vigente la alerta temprana 013-24 de la Defensoría del Pueblo en la que se advierten riesgos por cuenta del conflicto armado en El Plateado. Esta incluye 23 recomendaciones a la institucionalidad del Estado, con el fin de que se salvaguarde la vida y la dignidad de los habitantes. La pregunta entonces es: ¿Se están atendiendo estas recomendaciones? ¿Seguirá El Plateado esperando indefinidamente la presencia estatal?
A donde no llega el Estado, el terror no nos permite llegar como ciudadanos
A pesar de las recomendaciones de la gente de El Plateado que encontré en el casco urbano de Argelia, mi arribo al corregimiento ese 14 de septiembre de 2024 no fue posible debido al secuestro de la concejala de Argelia Sandra Milena Betancourt Buitrón, hecho que agudizó la tensión en el corregimiento y, por ende, imposibilitó el ingreso al mismo. El temor se extendió hasta Argelia y luego de siete días de cautiverio, el sábado 21 de septiembre, Sandra Milena fue liberada, con la condición de salir del departamento “para evitar problemas”.
Efectivamente, no pude llegar a El Plateado, pero confirmé que en Argelia, y eso incluye a El Plateado, hay gente buena que está tratando de salir adelante a pesar del olvido, la estigmatización y la perpetuación del conflicto armado. Lo que más les duele es el evidente abandono estatal que se ha enclavado en su territorio y que se volvió paisaje.
“La transformación no es solo venir a entregar kits, fertilizantes y abonos. Se trata de una transformación integral que incluya pavimentación de las vías y educación, sino los jóvenes son reclutados o se van a sembrar coca, porque es lo único que hay para hacer”, explica Pablo Daza, secretario de Gobierno de Argelia.
Más allá de la falta de conexión vial, lo que falta es que el Estado se conecte de una vez por todas con el territorio, con su gente: que vuelque su mirada y su oferta hacia una comunidad que ha perdido tanto en medio de las reglas impuestas por un conflicto armado que no eligió vivir. El Plateado, pese a todo, no ha perdido la esperanza. Ellos siguen esperando.
*Los nombres fueron cambiados para proteger la identidad de las fuentes.