El pasado viernes 12 de junio a las 9:00 a.m., durante una ceremonia virtual que contó con la presencia de varios comisionados, se hizo la entrega formal de la información recopilada por todos los medios a los que la Comisión de la Verdad ha solicitado su colaboración. En este evento, se entregó toda la información recogida en diferentes proyectos de Rutas del Conflicto, entre ellos la iniciativa liderada por CdR Ríos de vida y muerte.
El Especial
Colombia, uno de los países más ricos en fuentes hídricas naturales, goza de tener ríos como el Magdalena o el Cauca que atraviesan casi todo el país de norte a sur, el primero tiene una extensión de 1.540 kilómetros y el segundo tiene presencia en 7 departamentos con sus 1.350 kilómetros de extensión. Estos ríos han suministrado comida, agua, transporte y cultura a millones de colombianos, sin embargo, con la llegada de la violencia al país, estos ríos tienen una historia sumergida que debe ser contada.
La desaparición forzada en Colombia cuenta con una cifra aterradora, más de 82 mil personas desaparecidas ha sido el registro que ha dejado el conflicto armado. Uno de los métodos utilizados por los grupos armados para deshacerse de los cuerpos de sus víctimas, era arrojarlos a los ríos cercanos de su territorio. Tomaban esta práctica porque, literalmente, no querían que el cuerpo de la víctima volviera a parecer.
Según el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), en la región del sur del departamento de Bolívar, se han hallado 320 cuerpos en los afluentes del río Magdalena. Durante varios años, los pescadores cambiaron su tradición de recoger peces por recoger cuerpos, algunos enteros y otros en pedazos. Jesús Muñoz, un pescador de de Honda, Tolima, cuenta que se volvió tan común encontrar cuerpos flotando por el río que se conviritó en un experto identificando si los cuerpos habían sido mutilados con motosierra o machete. Añade además, que luego de varios cuerpos recogidos, el comandante de la policía les pidió cesar con esa práctica porque las cifras estaban aumentando tanto que temió que se le considerara al pueblo un territorio violento. Luego se implantó todo un protocolo para la recolección de estos cuerpos en los que los pescadores tenían que estar presentes en los levantamientos y contar su testimonio, así fue como a los pescadores se les iba todo el día en esa labor y, al final, decidieron no seguir recogiendo cuerpos pues esto les quitaba tiempo para pescar.
La práctica de lanzar muertos a los ríos como en el Magdalena fue cometida por los grupos paramilitares de la región. Ramón Isaza, jefe de las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio (Acmm), utilizó esta terrible práctica desde que se conformó el grupo en 1991. Pero este no es el único grupo en lanzar cuerpos al río, Gonzalo Pérez y su hijo Henry, ex comandantes de las Autodefensas de Puerto Boyacá conformadas en 1982, son conocidos en la zona como unas de las personas que más lanzaron cuerpos al río. En esta región hay personas que llevan esperando 30 años por sus familiares desaparecidos.
El río Cauca recorre 83 municipios desde su nacimiento hasta que se une con el río Magdalena en el municipio de Pinillos en el departamento de Bolívar. Según el CNMH, en esos municipios hay un registro de 6.665 desaparecidos, sin embargo no se sabe cuántos de esos cuerpos fueron arrojados al río Cauca. La tragedia no acaba ahí, hay más municipios que son aledaños de pequeños afluentes del río Cauca que también tienen una alta cifra desconocida de desaparecidos. Aunque varias entidades estatales han construido bases de datos que intentan dimensionar las desapariciones en estas regiones, lo revelado por este especial va mucho más allá de esas cifras.
El CNMH estima que son cerca de 150 los cuerpos hallados en el río desde 1974 a 2014, sin embargo se hallaron varios cementerios en los pueblos a la orilla del río Cauca con tumbas de cuerpos no identificados y registros de entidades locales y pobladores que muestran que la cifra es mucho mayor.
En medio de la investigación, los periodistas se encontraron con personas de estos territorios que han construido sus propias bases de datos con el registro de personas con las que alguna vez tuvieron contacto y no volvieron a ver.
Gran parte de las víctimas del norte del departamento del Cauca arrojadas al río Cauca, fueron producto de la violencia paramilitar a manos del Bloque Calima que se instaló en el año 2000, este ente armado se fue lanza en ristre contra las comunidades indígenas y afrodescendientes. Sin embargo, no son el único ente ilegal que arrojó cuerpos al río; el narcotráfico y su guerra entre bandos que data desde los años 80, también utilizó esta horrible técnica para deshacerse de quienes cuestionaban su poder.
Conoce el especial Ríos de vida y muerte
Los registros encontrados por los periodistas a cargo del especial Ríos de vida y muerte, junto con las historias y las bases de datos, fueron entregados a la Comisión de la Verdad el viernes 12 de junio. Desde Consejo de Redacción nos enorgullece haber sido parte de este proyecto y sumar nuestro granito de arena a la construcción de la memoria histórica colombiana.
La Ceremonia
A las 9:00 a.m., a través de la plataforma Zoom, más de 100 personas, entre periodistas, miembros de organizaciones, comisionados e investigadores, participaron de la entrega de los especiales de Rutas del Conflicto a la Comisión de la verdad. “Las historias y los registros fotográficos no solo son para la memoria histórica sino que también, para ayudar a la búsqueda del desaparecido”, comentó Óscar Parra, director de Rutas y #AsociadoCdR durante la presentación de los especiales.
En el momento de presentar el especial Ríos de vida y muerte, Oscar comentó qué “CdR es una de las organizaciones que más ha impulsado el periodismo de investigación en el país” y añadió los resultados del proyecto, “Tenemos más de 80 páginas resultado de recorrer más de 800 kilómetros por el río Cauca”. Toda la información recopilada por la Comisión de la Verdad estará alojada en el SIM (Sistema de Información Misional).
Antes de finalizar con la presentación de Óscar y de comenzar con la ronda de preguntas para él y los periodistas que hicieron parte de estos trabajos, la comisionada Lucía González agradeció el aporte y comentó “su trabajo ha sido increíble porque lo han hecho de la mano de las comunidades, eso genera y crea una mayor consciencia. Muchas gracias por el aporte”.
Aprovechamos la ocasión para hablar con Oscar Parra sobre el papel del periodismo en la construcción de la memoria histórica nacional.
El papel del periodista de investigación y el papel del periodismo que recaba, investiga, reconstruye, que no cree en la historia oficial, que trata de buscar en las víctimas fuentes que han sido despreciadas casi toda la vida por gran parte del periodismo, es clave. Este periodismo abre la puerta para que gente que estuvo más cerca de los hechos pueda corroborar lo que dicen las historias oficiales. Las historias de las víctimas son tremendamente enriquecedoras para la construcción de memoria y para los aportes de información.
Toda la documentación que se hace es clave para entender, al final, por qué nos matamos y bajo qué intereses. Claramente, estos son los cimientos que luego recogen los científicos sociales para contar de una manera más estructurada, la historia de lo que ocurrió a partir de una verdad muchísimo más incluyente. Para nosotros, la Comisión de la Verdad es una gran oportunidad para que estos investigadores sociales puedan utilizar la información, hacerla útil y sentar un precedente. Estamos en un punto crítico sobre ver la verdad, debemos entender que hay muchas versiones amarradas a la mentira por intereses particulares y políticos que se niegan a ser controvertidas por voces más participativas como la de las víctimas.
La Comisión tiene esa enorme labor y es muy importante para nosotros que tome en cuenta nuestro trabajo al igual que otras entidades como la JEP o la UBPD. Nuestra información tiene valor en cuanto sea utilizada por nuestra audiencia y por las víctimas para hacer valer los derechos que nos otorga la Constitución.
Puedes conocer más detalles del especial Ríos de vida y muerte acá