Esta investigación hace referencia al borrador, presentado ante las principales organizaciones de víctimas y de Derechos Humanos en Colombia por la JEP, que presenta los criterios para priorizar los casos que se estudiarán, y analiza el por qué de la polémica con que fue recibido, pues el proceso es largo de estudiar y resolver casos que se han sumado a lo largo de 5 décadas, le tomará años al Estado. Por esta razón, como lo explicó en su momento la presidenta de la JEP, Patricia Linares, quien, a través de los casos seleccionados, se busca “impartir una justicia restaurativa para todos, algo muy difícil de digerir para las 8 millones de víctimas que esperan justicia en cada uno de sus casos”.
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Sin embargo, no todo está claro en este primer borrador y son muchas las preguntas que fueron elevadas por los representantes de las organizaciones asistentes, quienes luego de leer las 16 páginas de este anteproyecto, no dudaron en señalar inconsistencias, omisiones y ambigüedades que dejan por fuera y sin protección a segmentos de la población víctima, como grupos indígenas, comunidades de diversidad de géneros y a grupos masivos de personas que vieron sus vidas destruidas por este conflicto.
La magistrada Patricia Linares fue designada como la presidenta de la Jurisdicción Especial para la Paz. Foto: Coresía JEP
El punto álgido son los criterios de priorización: el impacto del caso y la disponibilidad de la información y cómo se medirá a través de dos componentes: subjetivo y objetivo. Por ejemplo, el componente subjetivo tiene que ver con la vulnerabilidad de las víctimas. Pero, según Bertha Fríes, vocera de las víctimas del atentado al club El Nogal, la JEP no deja claro qué entiende por vulnerabilidad.
Otros temas que despertaron un fuerte debate fue el de la conveniencia que la JEP priorice casos dependiendo de la disponibilidad de información, algo que podría generar un ambiente de impunidad y el concepto de “Simetría” que la JEP pretende implementar, criterio según el cual 62.000 víctimas quedarían en impunidad.
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Problemas como el factor de vulnerabilidad de los pueblos que están en riesgo por exterminio, los forzados desplazamientos masivos de las comunidades afro, cómo garantizar los derechos de las víctimas y cómo protegerlas para que no se repitan los hechos violentos, entre otros, fueron tema de preocupación que se plantearon.
Sin embargo, no todo fueron críticas. Las comunidades indígenas respaldaron el anteproyecto, aunque también hicieron sugerencias y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Alberto Brunori, valoró el esfuerzo de los magistrados de la JEP manifestando el respaldo de la ONU, pero igualmente realizando algunas recomendaciones.
Momento en que el exgeneral Mario Montoya, firma acta de sometimiento ante la JEP. Montoya está acusado de haber tenido conocimiento de los asesinatos a inocentes que el ejército estaba realizando. Foto: Cortesía JEP.
Aunque el proceso de priorización será público y contará con la participación de las víctimas, la incertidumbre se cierne sobre cómo operará la JEP. Para aclarar algunas dudas sobre esta problemática, hablamos con Santiago Valenzuela, periodista de ¡Pacifista! y autor del trabajo:
¿Cuáles fueron los principales retos para construir esta historia?
El tema de la JEP al ser una entidad nueva que nace del acuerdo de paz tiene más complejidades a la hora de cubrirla, no puedes aproximarte a ella como a la corte constitucional o la fiscalía, que ya tienen todo un equipo de comunicaciones y unos procedimientos construidos, a cubrir una entidad nueva que hasta ahora está comenzando a definir y a operar. La nota es de aprendizaje para el periodista, con la intención de explicar qué es lo que busca la JEP al colocar ciertos casos sobre otros, como funcionará y a partir de qué criterios.
Es un reto muy interesante desde el periodismo porque es asistir a la creación de nueva institucionalidad para el posconflicto.
¿Cómo se mantiene la objetividad sabiendo que son miles las víctimas y solo un pequeño porcentaje recibirá justicia en este proceso de paz?
Es una pregunta compleja, que se responde desde el acuerdo de paz y lo que busca el acuerdo es justamente la garantía de reparación, verdad y no repetición, para los 8 millones de víctimas en Colombia, que es un proceso que puede tardar más de 10 años y que ya empezó con la ley de víctimas de 2011.
Desde el punto de vista de la objetividad del periodismo, la respuesta es un poco sintonizada con lo que existe en la base jurídica, siguiendo la ley de víctimas, la pluralidad de las organizaciones de víctimas que fue lo que tratamos de ver también, construyendo la objetividad dándole voces a diferentes organizaciones y entidades que tienen igual ciertas peticiones y esperanzas frente a la JEP. Lo interesante es ver como la JEP puede o no responder a esas necesidades, por ejemplo, a las víctimas de las FARC de los paramilitares y es cómo satisfacerlas y cómo ir demostrando que todas son igualmente importantes. Para un medio como Pacifista todas las organizaciones de víctimas son igualmente importantes, y en ese sentido para nosotros es fundamental contar con sus puntos de vista, sus historias, sus reclamos y en esta nota en particular había varios representantes asistentes y les dimos voz.
Los magistrados de la JEP participan en una audiencia escuchando a las madres de víctimas de los falsos positivos. Foto: LaFM
¿Considera que le dio mucho más espacio a las omisiones y fallas del anteproyecto que a los aspectos positivos que busca alcanzar?
Siento que se le dio el espacio al anteproyecto como estaba presentado, tratando de explicarlo como sucedió en el momento, sobre el tema de las omisiones no es algo que resalta el periodista sino las organizaciones de víctimas que estaban allí. El ejercicio fue asistir a un debate sobre como la JEP piensa organizarse, explicar los casos y atenderlos y en ese debate se presentaron ciertos cuestionamientos que son válidos para el debate público y para que la JEP pueda construir un modelo acorde a lo que se necesita en la justicia transicional y dar un paso hacia la reconciliación. Pienso que le dimos iguales espacios tanto a las omisiones como a los aspectos positivos del proyecto.
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¿De qué manera se pueden visibilizar algunos casos relevantes para que no se pierdan y se conserven en la memoria de los lectores?
Yo siento que es un reto importante para nosotros y en la medida en que va marchando la JEP y la comisión de la verdad hay que buscar maneras de narrar las historias y de recordarles a las personas, porque hoy en día estamos hablando de la operación Orión, por qué tenemos que empezar a hablar de los secuestros de las FARC, y es un ejercicio que no solo implica un debate sobre los formatos que se van a utilizar sino también sobre el lenguaje y sobre la consulta de las fuentes. La revisión de archivos, de expedientes, de antiguos documentos, no es suficiente para conectar al lector con el presente y la construcción del posconflicto que está pasando el país. Pienso que hay que actualizar un poco el sentimiento de las víctimas, mostrar que están haciendo, narrar sus casos sin revictimizarlas y cómo se están parando frente a la justicia. Debemos tener en cuenta que estos casos pasaron años archivados. Entonces estamos asistiendo a todo un proceso de apertura, de investigaciones, de verdad, y pienso que toca traer esos referentes del pasado al presente para tratar de explicarlos y al mismo tiempo nosotros como periodistas comprender a las personas que están en esos procesos ya sean las víctimas o los victimarios.
Por un lado, están los formatos, está el video, los podcasts, las animaciones, cubrimientos en vivo y también está toda la narrativa que se puede construir desde esta oportunidad que nos genera el posconflicto para ahondar en unas historias que muchas veces parecían ya resueltas pero que vuelven a abrir un poco sus heridas.
«Yo confío en la JEP»: Ingrid Betancourt
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¿Qué recomendaciones da a los periodistas que están al tanto de los procesos de la JEP y cómo mantener una línea secuencial para la reconstrucción de las historias?
Igualmente es un proceso de aprendizaje. Para todos es la primera vez que nos toca cubrir la JEP y no es fácil encontrar que en las últimas audiencias están llenas de muchos obstáculos legales, formalismos y procesos que demoran el momento del esclarecimiento de los hechos. Debemos tomar en cuenta que en el funcionamiento de la JEP existe una etapa de reconocimiento, investigación, comprobación de datos con la fiscalía, entonces, en ese proceso hay que ser muy rigoroso y saber los alcances que tiene cada audiencia.
El hecho de que comparezca Mario Montoya ante la JEP es supremamente importante, así la audiencia sea formalismos, pues es importante contar la historia de por qué él está allí, escuchar su versión y expresar lo que están sintiendo las víctimas hoy en día y mostrar las herramientas con las que cuentan, pues también se trata de hacerle veeduría a la jurisdicción y ver hasta qué punto está cumpliendo con su labor y cómo está ordenando los casos.
Después de ver todas estas situaciones y escuchar a los comparecientes, y sobre la línea secuencial nos lo va dando la misma fuente. Esto hace que el periodista tenga que esperar un poco, e ir viendo desde afuera como se va construyendo esa jurisdicción y cómo se va comportando. No siguiendo al pie de la letra los comunicados de prensa de la entidad, sino siguiendo la agenda de las víctimas, la agenda de los abogados involucrados, lo que dice la fiscalía, lo que dicen los senadores, todo esto ayuda a tener una mirada diferente y más amplia de la JEP, es importante para los periodistas que no se queden en los comunicados de prensa sino que estudien lo que está pasando en un contexto más amplio, tomando en cuenta que el nuevo presidente quiere modificar puntos de la justicia transicional, delitos amnistiables.
Hay que entender la JEP como la columna vertebral del acuerdo de La Habana, pues representa el paso de la ilegalidad a la legalidad por parte de los actores armados que confían en la independencia de este poder judicial, que les puede otorgar amnistía siempre y cuando cuenten la verdad, entonces en este proceso de confianza hay que estar muy pendientes sobre cómo va funcionando. Por ahora hay muchas audiencias con muchos formalismos, pero hay que estar atento de quienes comparecen en ellas, y qué rodea a esas audiencias, quienes son las organizaciones que están pendientes, que nuevas vías de información se abren.
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