Para entender algo sobre la vida de Luz Omaira Agudelo Agudelo hay que leer ‘Las razones bajo mi piel: memorias de una guerra’, un vivo relato de la vida de una niña-adolescente-mujer que después de sufrir violencia intrafamiliar decidió irse con sus hermanas a combatir en la antigua guerrilla de las Farc.
Narrar un relato tan propio y estigmatizado como la vida y las decisiones de los reincorporados implica retos y matices que muchos periodistas, durante años, han ignorado. A los desafíos “normales” en este caso se le sumaron la cuarentena y la reportería en zona de alto riesgo.
¿Qué si soñábamos con algo? No, nosotros nunca soñamos algo, porque ¿cómo íbamos a soñar ser algo? Pues, la vida que llevábamos no era de sueños. Fragmento extraído de la historia.
Imagen de la investigación. Foto: Laura Cristina Castrillón Valencia.
María Isabel Moreno Muñoz y Laura Cristina Castrillón Valencia, periodistas de la investigación, desarrollaron esta pieza periodística en el marco de nuestro ‘Curso virtual para periodistas que cubren conflicto y paz en Colombia’, versión 2020. Ellas habían hecho una reportería previa y de ahí, revisaron qué historia se podía adaptar mejor al curso.
“Nosotras estamos realizando un proyecto sobre mujeres y conflicto armado en Antioquia, entonces ya teníamos algunas historias en el radar. Miramos qué historia cumplía con los requisitos y descubrimos que la vida de Omaira era la que mejor se adaptaba”, explicó Muñoz sobre el proceso de postulación de la historia a CdR.
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Los pasos que siguieron fueron la reportería en campo y el proceso de escritura. Sobre el primero Muñoz dijo: “Fue una experiencia muy enriquecedora porque en campo hay mucha información que un reportero debe recoger: imágenes, sonidos, frases, todo. Hay tantos datos que a veces una sola persona no alcanza a cubrirlo todo. Esta fue una reportería completa, porque si a mí se me escapaba algo que la protagonista había dicho, mi compañera lo había atrapado; yo tomaba la foto que ella no tomaba y ella grababa algo que yo había olvidado”.
Para el proceso de escritura decidieron que la historia se contaría en primera persona para tener exactitud con las palabras que había narrado Omaira. “Fue una jornada monumental porque eran muchos audios. Entrevistamos a otras personas del ECTR (Espacio de capacitación territorial y reincorporación) para verificar la información que nos dio Omaira. Después de eso nos dividimos los personajes para desgrabar y propusimos unos temas para darle forma a la historia. Decidimos que aunque las otras fuentes no iban a estar en el relato sí eran voces importantes que podíamos sumar a través de podcast”, dijo Muñoz.
Un día él salió en una comisión, eran cuatro con él (esposo). Dos de ellos se torcieron con el Ejército y mataron a los otros dos, entre esos a Manuel. Como a los ocho días nos contaron que lo habían matado. ¡Uy, no!, eso fue una cosa de locos. Fueron quince días llorando, muchachas, llorando de lo que se decía llorando. Vea, me dolía toda la cabeza, yo no sentía. Los muchachos sí me decían: “Ay, Mari, ya cálmese, qué más se va a hacer, son las cosas del destino, de la vida”. Yo no lo quería aceptar. Yo decía: “yo lo quiero ver, siquiera la última vez”. Ay no, a mí todavía me va muy mal con eso. Fragmento extraído de la historia.
Sobre su experiencia en el curso las periodistas afirman:
Ustedes hicieron parte de nuestro ‘Curso virtual para periodistas que cubren conflicto y paz en Colombia’ y aprendieron sobre el uso del lenguaje en el cubrimiento del conflicto. De esto, ¿por qué es importante conocer sobre el tema?, y ¿de qué manera lo pusieron en práctica al realizar esta historia?
María Isabel Muñoz
Es un asunto de respeto con las comunidades y con las víctimas porque el lenguaje construye realidades. Entonces es importante saber cómo preguntarlo, qué palabra usar, que el relato no vaya a caer en la revictimización o sea irrespetuoso.
También es importante porque permite que el periodista indague más a profundidad sobre el tema. Aprendimos que el Derecho Internacional Humanitario no se agota cuando termina la guerra, sino que cada una de las partes continua y debe cumplir con unas obligaciones derivadas del acuerdo que se firma. Entonces, conocer sobre estas obligaciones, para cada una de las partes, nos permitió preguntarle a Omaira y a las personas del ETCR si se estaba cumpliendo o no con esas requerimientos derivados del acuerdo.
Yo no he ido a la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) ni nada de eso, ahí yo no tengo nada que decir. Pues, si algún día me dijeran: “Mari, ¿quiere ir a la Comisión de la Verdad?”, pues de pronto. Pero que yo diga: “ay, yo quiero ir”, pues no, por gusto no. Fragmento extraído del texto.
Laura Castrillón
De hecho, esa era una de las preguntas del formato para aplicar. La historia de Omaira nos funcionó (de acuerdo al proyecto de CdR) porque ella estuvo en la guerra, ahora es civil y cuando decidió ir a las Farc era menor de edad. Cuando empezamos, orientamos la historia hacia las exhumaciones, pero esto varió en el proceso.
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Si bien antes del curso entendíamos la historia, este nos ayudó a ampliar la perspectiva. Después de la capacitación abordamos a las víctimas de forma diferente y cambiamos la mirada para dimensionar a Omaira de otra forma, desde varios contextos.
Un ejemplo clave, en el que se evidencia el apoyo del curso en nuestro trabajo, es que hubo un hecho específico que Omaira nos contó, pero dijo que no quería que saliera en la historia. Con nuestra formación supimos que a pesar de que no lo íbamos a tener en el texto sí podíamos tenerlo presente nosotras como reporteras. Ahí el trabajo del editor fue trascendental porque fue quien nos guío a actuar de esta manera y esto ayudó mucho en la construcción del texto. Fue interesante de abordar y manejar.
Yo no me considero victimaria, porque yo en ningún momento causé un dolor o algo. Yo solo hacía parte de la organización y pues sí, de pronto se cometieron algunos errores, como por ejemplo lo que pasó en Bojayá, pero es que eso no era una política, ni tampoco fue algo que planearon, que “vamos a tirar esa bomba que caiga allá en esa iglesia pa’ que mate a toda esa gente”. Eran cosas de la guerra. O sea, eran cosas que no se planeaban. Fragmento extraído de la historia.
La periodista, Laura Castrillón, también nos compartió algunas de las recomendaciones que ellas pusieron en práctica y que le pueden servir a otros periodistas para hacer reportería en campo:
Es importante la reportería: el dato dice mucho, pero en campo te das cuenta de cómo son las cosas. Todo lo que vimos nos dio el enfoque y nos ayudó a tener la certeza de que no es el dato que te dan sino el hecho de que estuviste ahí y pudiste contrastarlo en diferentes situaciones. En este caso, nosotras no sabíamos que ella era líder. Por más que hables con una persona telefónica o virtualmente, siempre va a ser importante el contexto. Sentarse con ella y ver cómo está decorado su cuarto, que tenía un cuadro del padre Marianito pero también uno del Che, entre otras cosas, ayuda mucho para el contexto. Creemos que las reportería es central, fundamental.
Otro aspecto fundamental es tener respeto por el territorio y un enlace en el lugar. Nosotras teníamos contactos con la iglesia y en Medellín. Todo se lo consultamos a nuestra fuente (la protagonista de la historia) en términos de movilidad. También creo que es bueno mencionar que después de la reportería hicimos muchas llamadas y también nos dimos cuenta de muchas cosas que no nos había dicho. Hay verificar la información y hacer un contraste.
¿Qué es conflicto armado? No sé describirlo. Nosotros nunca quisimos que eso pasara. Que nos matáramos porque creemos que somos hermanos colombianos. Fragmento extraído de la historia.
Más historias
La investigación sobre la vida de Omaira es solo una varias entregas que harán parte de un proyecto sobre mujeres y conflicto armado en Antioquia, que están realizando Castrillón y Muñoz.
Ellas, junto a otro periodista, son los creadores de El cuarto de atrás, un medio independiente que busca hacer periodismo, de una manera diferente.
Da clic aquí para conocer las otras historias del proyecto.
Esta historia se realizó en el marco del proceso de formación ‘Curso virtual para periodistas que cubren conflicto y paz en Colombia’. En la capacitación se formó a varios periodistas sobre Derecho Internacional Humanitario para el cubrimiento periodístico. Al final de la formación se seleccionaron cinco historias que recibieron apoyo económico y editorial de Consejo de Redacción.
Lee la historia completa de Omaira y su labor en la ECTR en el que vive actualmente en Las razones bajo mi piel: memorias de una guerra.