Los primeros registros de prensa del encuentro entre los Nukak y los colonos del Guaviare son de 1965. Ese acercamiento concluyó en un violento enfrentamiento en el que murieron dos colonos y fueron capturados dos indígenas. Ese episodio se dio en los tiempos de las ‘guajibadas’, periodo entre los años 50 y 70, que se caracterizó por la violencia ejercida por colonos contra los indígenas en los Llanos Orientales, a quienes ‘cazaban’ por considerar que eran animales. Todos esos casos gozaron de impunidad para los asesinos. Angélica Latorre, #AsociadaCdR y miembro del equipo investigativo nos cuenta detalles de esta pieza periodística.
¿Cómo pudo, el equipo de Zona Franca, contactar con Yedeku (Gabriel) y toda la comunidad Nukak para hacer el reportaje?
Nuestra labor de reportería comenzó en Bogotá, meses antes de viajar al Guaviare. Algunas personas que conocimos el año pasado durante la realización de un reportaje sobre deforestación en ese departamento nos permitieron establecer contacto con algunos miembros del pueblo Nukak. Sin embargo, no pudimos concretar ninguna entrevista. Solo fue hasta que llegamos a San José del Guaviare, y gracias a la colaboración de personas que han trabajado con ellos en terreno, que pudimos conocer a Gabriel y a su hijo Andrés, así como a otros indígenas Nukak a quienes visitamos en sus asentamientos.
Antes de tener contacto con la civilización, la comunidad Nukak caminaba por la selva amazónica del Guaviare viviendo de sus frutos y cazando monos, caminaban sin ropa y descalzos. Con la llegada del narcotráfico, las guerrillas y los colonos, esta comunidad empezó a enfermar como en la época de la colonia. En 1988 salieron 45 indígenas desnudos y enfermos a Calamar, Guaviare; los antropólogos calculan que en los siguientes años del ‘estado de contacto inicial’ con la civilización, la gripe y el sarampión mató al 40% de su población.
¿Cómo y dónde obtuvieron los primeros registros de prensa sobre la aparición de los indígenas Nukak en la selva amazónica del Guaviare?
Hicimos una búsqueda en el archivo digital de El Tiempo.
Visitamos la sede El Espectador, donde tuvimos la oportunidad de consultar el archivo físico del periódico. En ambos diarios encontramos menciones relativas a los Nukak que datan de los años sesentas.
Los registros del contacto en 1988 los encontramos en los archivos de la Biblioteca Luis Ángel Arango.
En el 2004, la Corte Constitucional reconoció a la población Nukak como víctimas del conflicto armado colombiano y ordenó al Estado actuar frente a la crisis humanitaria y el grave peligro de extinción física y cultural, a la vez ordenó hacer planes para ayudarlos a retornar a su territorio. Aún así, la ayuda no ha llegado.
Pero ese no es el único problema de los indígenas Nukak, a pocos kilómetros de sus asentamientos está su resguardo indígena: los resguardos indígenas son territorios con derechos constitucionales para ser preservados, gozan de ser inalienables, imprescriptibles e inembargables. Además, muchos de ellos, son incluso más grandes que los parques naturales nacionales.
¿Cómo tuvieron acceso a la sentencia de la Corte Constitucional que declaró víctima del conflicto al pueblo Nukak?
Primero, hicimos una revisión de investigaciones etnográficas sobre los Nukak. Luego, encontramos documentos, como el Plan Especial de Salvaguardia de 2012 del Ministerio de Cultura, en los que se citaban distintos desarrollos de jurisprudencia de la Corte Constitucional, como la tutela 025 de 2004 (que declaró el estado de cosas inconstitucional de Colombia frente a la protección de los derechos de las víctimas de desplazamiento armado) y los autos de seguimiento que han señalado la amenaza de extinción física y cultural del pueblo Nükak. Accedimos a todas esas decisiones en la sección de relatoría del sitio web de la Corte.
En 1993 el Gobierno creó el Resguardo Indígena Nukak Maku en el departamento del Guaviare, 4 años después el Resguardo fue ampliado y pasó a tener un total de 954.000 hectáreas de selva amazónica. Luego de la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno y la antigua guerrilla de las FARC, la deforestación en sus territorios se ha triplicado, al año pierde cerca de 3.000 hectáreas.
¿Tuvieron alguna dificultad en el transporte hacia los establecimientos indígenas?
Guaviare, en general, es una región que se caracteriza por la precariedad de la infraestructura vial y por las grandes distancias entre veredas de la misma jurisdicción, como es el caso de San José del Guaviare. Esto hace que los recorridos a los lugares que visitamos, en promedio, tomaran al menos 6 horas (ida y vuelta). Sin embargo, no tuvimos problemas logísticos ni de seguridad para transportarnos.
¿Qué precauciones de seguridad tomaron para realizar el reportaje?
Siempre hicimos los recorridos con una persona de confianza que conoce la región y a quien distinguen por su trabajo con organizaciones de la sociedad civil.
Cada vez que salimos a terreno avisamos a un contacto en San José adónde nos dirigíamos e hicimos una indagación con varias fuentes sobre las zonas donde debíamos tener mayor precaución. En general, en cada lugar adonde fuimos teníamos una persona de confianza que nos ayudaba a contactar las fuentes.
Hoy en día, los indígenas en el amazonas no solo enfrentan a las disidencias de las FARC, la minería legal e ilegal y la deforestación, ahora tienen otro enemigo: el Covid-19. Al último reporte del Ministerio de Salud, en el amazonas hay 924 personas contagiadas.
Teniendo en cuenta que la región del amazonas es la sexta con más casos confirmados por Covid-19, ¿Consideras que los indígenas junto a su estilo de vida tradicional, podrían estar en riesgo de extinción y qué repercusiones podrían existir si esto llega a suceder?
Sí. En primer lugar, los indígenas Nukak son un pueblo en contacto inicial, es decir, su contacto con la población mayoritaria es reciente. Un contacto que ha diezmado su población, y hoy los tiene en serio peligro de extinción. Sus posibilidades de desaparición física y cultural se incrementan en la medida en que no se adopten acciones para garantizar el goce efectivo de sus derechos. Esto lo ha reconocido la Corte Constitucional en diversas decisiones, entre ellas, el Auto 004 de 2009 en el que ordenó diseñar e implementar un plan de salvaguarda para este y otros pueblos indígenas.
En un contexto de crisis sanitaria, se incrementan los riesgos para una población ya de por sí vulnerable, que ha sufrido desplazamiento y con carencias en materia de seguridad alimentaria, vivienda, educación y salud. Con la desaparición de los Nukak, y de otros pueblos indígenas amazónicos, no solo está en juego una cultura (una tradición oral, un manejo sofisticado de los recursos naturales) sino también sus territorios colectivos, los resguardos, que representan el 52% de la Amazonía colombiana.
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