El exilio es una de las consecuencias que ha dejado la guerra en territorio colombiano, más allá de las fronteras, este fenómeno es considerado como una persecución individual y colectiva que va en contra de la población civil por motivos de raza, religión o ideologías políticas. En Colombia, el exilio se ha establecido por razones que implican la divulgación de actos que violan los derechos humanos en el marco del conflicto armado, situación que ha llevado a líderes sociales y políticos, comunidades campesinas e indígenas a optar por emigrar del país. Según el último balance que publicó el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) el exilio a damnificado a más de medio millón de colombianos en 2007, cuando se registró la cifra más alta, y alcanzó los 311 mil en 2016.
Teniendo en cuenta la magnitud de esta problemática el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) través del informe Memorias del exilio colombiano: huellas del conflicto armado más allá́ de las fronteras, resultado del trabajo que viene realizando la organización por reconocer el exilio como una forma de violencia que atraviesa la vida de personas, grupos y comunidades exiliadas en diferentes partes del mundo y de aquellas que han vuelto al país de manera opcional o forzada, con la esperanza de retornar con normal y tranquilidad al país. Este informe hace parte del proyecto Agenda Exilio que el CNMH promueve desde 2015 para compartir escenarios de diálogo con la población exiliada, por el cual inició un trabajo de memoria histórica con las personas que sufren en esta situación.
Imagen: Memorias del exilio colombiano: huellas del conflicto armado más allá de las fronteras.
Se estima que el conflicto armado en Colombia obligó a cerca de 400.000 personas a salir del país entre 2000 y 2012, cuando la violencia se recrudeció. Sin embargo, no existen cifras exactas, podrían ser muchas más.
Fragmento de Memorias del exilio colombiano: huellas del conflicto armado más allá́ de las fronteras.
El informe arroja datos importantes para la construcción de memoria sobre el exilio en Colombia, desde el planteamiento conceptual e histórico hasta su evolución en el tiempo. Así mismo, expone tres casos del éxodo colombiano en América Latina, lo cual permite identificar de cerca el fenómeno y a su vez comparar los acontecimientos coyunturales sobre el tema. El trabajo de campo se enfocó en varios países de Latinoamérica donde se han refugiado las personas colombianas exiliadas, esto con el propósito de buscar en los países vecinos estrategias para reconstruir las memorias del exilio junto a las víctimas.
Las voces de mujeres, hombres, niños, niñas, adolescentes, personas en situación de discapacidad, sectores sociales LGBTI, campesinos, indígenas y afrocolombianos exiliados representó para la investigación un desafío y a su vez una riqueza.
Equipo periodístico del Centro Nacional de Memoria Histórica.
Grupo familiar colombiano forzado a abandonar el país. Ilustración: Heidy González Suárez
“La reconstrucción y recuperación de las memorias de los exilios colombianos es una buena forma de comenzar a saldar la deuda histórica que tienen el Estado y la sociedad colombiana con la población que se vio forzada a abandonar el país como consecuencia de la guerra, la violencia y la persecución”.
Fragmento del capítulo El legado de los exilios: aprendizajes latinoamericanos para el esclarecimiento de la verdad en Colombia.
En uno de los capítulos del informe titulado El legado de los exilios: aprendizajes latinoamericanos para el esclarecimiento de la verdad en Colombia, se destacan los puntos claves para lograr el esclarecimiento de la verdad, reparación y reconocimiento de las víctimas exiliadas. Por otra parte, este insumo histórico es importante para la coyuntura de la paz en Colombia, ya que puede servir como punto de partida para buscar soluciones duraderas para quienes requieren mecanismos de protección e integración fuera de sus países. A esto, se suma una deuda histórica con el país, que implica desafíos y proyectos de ley por parte de La Comisión de la Verdad de Colombia, la entidad debe brindar garantías a los colombianos que siguen enfrentado y luchando desde la distancia por la construcción de una Colombia donde el conflicto armado y la persecución sean hechos del pasado.
Hablamos con el equipo periodístico del Centro Nacional de Memoria Histórica para conocer el desarrollo de esta investigación y el impacto sobre la constante lucha de quienes enfrentan el exilio.
Muchas personas en condición de exilio aún viven con temor de ser asesinadas ¿Cómo fue el proceso de acercamiento con las víctimas?
El proceso de acercamiento fue difícil no sólo por el temor que tiene la población exiliada colombiana a ser revictimizados, sino también porque muchos de sus exilios fueron causados por actores del Estado colombiano y nosotros al venir de la “institucionalidad” colombiana, sembrábamos más dudas sobre el proceso. Además, la mayoría de la población que se encuentra en el exilio en fronteras cercanas vive en una situación de invisibilidad, ya sea porque quieren pasar desapercibidos o porque no se han acercado a ninguna de las autoridades a expresar lo que les ha pasado. Siendo este el panorama, nuestro acercamiento se dio gracias a otras organizaciones que ya trabajaban y trabajan con exiliados y exiliadas. Ellos fueron fundamentales para tejer lazos de confianza y puentes con personas, grupos y comunidades en el exilio. Organizaciones como el Consejo Noruego para los Refugiados, el Servicio Jesuita para los Refugiados, HIAS, ACNUR y Centros de Atención al Migrante, fueron fundamentales.
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¿Qué aprendizajes dejó al equipo periodístico realizar esta investigación?
Los aprendizajes son muchos y muy variados, y no solo para el equipo periodístico, sino para todas y todos los que participaron de este proceso de investigación. Por ejemplo, la necesidad de “contar” esta parte del conflicto que salió del país, cruzó las fronteras, y ha permanecido invisible para la sociedad colombiana en general. Es muy poco lo que se conoce de las y los colombianos que están exiliados en otros países, debieron irse del país para salvaguardar sus vidas y las de sus familias, comprender que no son migrantes económicos que buscaron nuevas alternativas para mejorar sus vidas, sino que salieron a causa de un conflicto armado que los obligó a buscar protección internacional en otros países.
También se rompieron esos imaginarios de que la población está inmóvil frente a los cambios por los que atraviesa el país, ellas y ellos están contribuyendo a la búsqueda de la paz, aportando desde organizaciones, visibilizando sus situaciones, haciendo memoria de lo ocurrido y lo que ocurre para lograr completar ese “rompecabezas” del conflicto armado, que estaría incompleto sin tener presente a este grueso poblacional que se encuentra fuera del país.
Por otro lado, las comunidades exiliadas quieren dar a conocer sus situaciones, desafíos, necesidades y luchas, pocas veces se les ha preguntado a ellas y ellos sobre el significado de salir del país, estar en una casa ajena y quizás, por qué no, si tienen pensado regresar, es desde allí, que estos procesos de investigación quisieron aportar, de manera mínima, ya que el camino para el reconocimiento del exilio como un efecto de la guerra, como un nuevo hecho victimizante es bastante largo y complejo, y debemos propiciar espacios amplios de discusión entre múltiples sectores para lograr verdadera visibilidad del fenómeno, donde exista una real participación de la población, porque ellas y ellos son los únicos que realmente nos pueden ayudar a comprender este fenómeno.
¿De qué manera el CNMH está generando conciencia sobre el reconocimiento del exilio como resultado de la violencia en Colombia?
La investigación que presentamos es una de las múltiples maneras para que haya un reconocimiento sobre el grave impacto y las miles de personas afectadas por el exilio, este espacio investigativo se ha convertido en una manera de sensibilizar a la sociedad colombiana y a las sociedades que han acogido a la población colombiana en sus países. Es por esto, por lo que nuestros lanzamientos fueron realizados en Panamá, Ecuador y la frontera colombo venezolana, con la intención de regresar el fruto de la investigación a todos los que formaron parte de este proceso y para que en las sociedades de acogida este tema sea visible y reconocido.
A estos eventos de lanzamiento invitamos a múltiples sectores de la sociedad como ministerios públicos, fuerza pública, consulados, academia, organizaciones defensoras de los derechos humanos y a todo el que le interesara el tema. Nuestra labor que no sólo se enfocó en lo investigativo, ahora cuenta con la Caja de Herramientas Recordar y Narrar el Exilio, así como una serie de postales y un especial multimedia sobre el exilio colombiano, que forman parte de un proceso integral para dar a conocer mediante múltiples herramientas lo que ha significado esta experiencia para las personas que tuvieron que salir del país. Además, el micrositio Voces del Exilio contiene múltiples testimonios, eventos culturales y artísticos, infografías y otros recursos específicamente relacionados con el tema que buscan generar una conciencia más amplia sobre el exilio.
Fase I y II del proyecto Memorias del exilio colombiano: huellas del conflicto armado más allá de las fronteras – Tomado del CNMH.
¿Qué papel deberán ejercer las víctimas de exilio en la fase implementación de los acuerdos de paz?
La población exiliada ha estado activa frente a estos procesos, han participado en las mesas de diálogos con propuestas en la Habana, una pequeña victoria de esto, es que dentro de los acuerdos exista un reconocimiento mínimo del exilio, plasmado allí de manera escrita. Existe una necesidad de crear espacios más amplios de participación efectiva de parte de la población exiliada, existen ideas, recomendaciones, sugerencias y necesidades, que no han podido ser expresadas debido a la ausencia de espacios de participación o mecanismos para que lleguen a los espacios de toma de decisiones.
Sin embargo, existe una iniciativa llamada Revicpaz-LAC que ha estado visibilizando e incidiendo para que la voz de la población exiliada sea escuchada. Ya sea a nivel de organizaciones de población exiliada o a título personal, las reflexiones acerca de la paz están presentes, sea que la población quiera, pueda o no retornar, le apuestan desde sus herramientas a algún día poder ver a una Colombia en paz, a una Colombia que ha tenido en cuenta a los exiliados, una Colombia que reconoce este fenómeno, una Colombia que no los olvido, una Colombia que les da garantías para regresar, y para que esto deje de ser un “ideal” aún queda mucho camino por recorrer, y las y los exiliados lo están haciendo.
En el video podemos observar algunas reacciones de las víctimas durante el lanzamiento del informe: ‘Exilio colombiano: huellas del conflicto armado más allá de las fronteras’
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Teniendo en cuenta que el informe recoge información global y local sobre el exilio colombiano ¿Cómo fue el proceso de recolección y análisis de la información?
Nuestra fuente principal de “información” han sido, como en todos los procesos de memoria histórica, las personas, grupos y comunidades exiliadas. Son ellas a las que debemos todo nuestro trabajo y las que a final de cuentas componen todo el núcleo de la investigación. Sus orientaciones fueron clave para construir nuestros casos ilustrativos, ya que al conocer de manera profunda las realidades de cada país, fue posible establecer unos casos emblemáticos en la historia del exilio colombiano en Ecuador, Panamá y la frontera colombo venezolana. Sin embargo, recurrimos a organizaciones que trabajan con estos temas y desde testimonios de funcionarios de esas organizaciones y literatura que ellos hayan creado fuimos construyendo las bases del informe. La literatura e investigación sobre esta temática de países como México, Argentina, Chile, Brasil, España, Estados Unidos, Portugal, entre muchos otros da cuenta de cómo fue y cómo sigue siendo la experiencia del exilio desde sus casos particulares, que llevó a interesantes reflexiones sobre el caso colombiano.
El proceso de recolección de testimonios fuera del país se efectuó a través de talleres de memoria, grupos focales, entrevistas a profundidad y recorridos de la memoria por algunas de las fronteras. Estos ejercicios colectivos e individuales fueron esenciales para oír las historias y experiencias detrás del exilio y un acercamiento del equipo investigador a un espacio muy íntimo dentro de lo que supuso dejar todo atrás. Este acervo testimonial fue luego depurado y analizado desde diferentes categorías creadas de manera conjunta y lentamente se fue construyendo una hoja de ruta a seguir para la investigación. Cabe aclarar que siempre encontramos dentro de este proceso de análisis la excepción de la regla, ya que las personas con las que tuvimos la oportunidad de hablar, nos relataron su experiencia acompañada de miles de reflexiones sobre la Colombia que se imaginaban en el exilio, los sistemas culturales, políticos, económicos del mundo, la identidad, lo que significa ser colombiano, en fin, miles de temas que desbordan lo que cuentan las páginas del informe.
En cuanto a los números que existen en el momento sobre el exilio son reducidos y, en algunos casos, inexistentes. Sobre este tema poco se ha explorado desde Colombia lo que no permite hacer una cuantificación real sobre la problemática, sino apenas una aproximación. Para este fin tomamos como punto de partida las cifras sobre refugiados y refugiados de hecho del ACNUR. En ellas encontramos estimaciones sobre el durísimo impacto que ha generado la guerra en Colombia en términos de expulsión, pero aún falta mucho campo por recorrer para entender de manera explícita cada una de esas trayectorias, los recorridos y los múltiples esfuerzos internacionales que se deben efectuar para tener una verdadera base de datos sobre personas, grupos y comunidades exiliadas.
¿Cómo los medios de comunicación y periodistas deben abordar este tipo de problemáticas?
Debemos de decir que nos llevamos una muy grata sorpresa en los diversos lugares donde se realizaron los lanzamientos, la acogida de parte de los medios con el tema, fue excelente. Se despertó mucho interés, primero que una institución del Estado colombiano lanzará este informe, segundo, que trascendiera la reflexión teórica o académica (que, si bien está presente, no representa la totalidad del informe) para darle un lugar central a las memorias de la población exiliada y exiliada retornada.
Creemos que no existe un paso a paso para acercarse a estos temas, pero mínimamente debe existir dignidad, voluntariedad, confianza, verdad y respeto, eso son pilares fundamentales, no solo para el ejercicio periodístico, sino en general para todas las profesiones. Tener tacto de cómo no revictimizar en sus relatos a la población, de mantener el anonimato si la población lo pide para evitar exponerlos de manera innecesaria. En fin, realmente nos sorprendió el profesionalismo de los periodistas y medios que solicitaron información sobre el tema. Pero principalmente vemos en los medios la posibilidad de llegar al grueso de la población que desconoce estos temas, visibilizar estos temas más allá de la victimización reconociendo las luchas de la población, y por, sobre todo, que sea la misma población la que relate, recuerde o exprese el real significado del exilio, ellas y ellos son los que mejor pueden expresarse acerca de este fenómeno, por ello son las fuentes principales para cualquier nota, entrevista, artículo, etc.
Puedes descargar el informe aquí