Dadas las circunstancias, la Fundación Paz & Reconciliación-Pares desde su Observatorio de Violencia Política (OVP) lleva un seguimiento riguroso desde el 2013. Se trata de un micrositio que da a conocer los posibles motivos que causan la violencia selectiva contra líderes sociales y defensores de Derechos Humanos. Por medio de este observatorio, hacen un llamado para que el estado colombiano cumpla con sus obligaciones de perseguir, investigar y castigar a los responsables de estos crímenes de lesa humanidad.
El registro que lleva el observatorio, ha permitido al equipo de investigadores de la línea Conflicto, Paz y Posconflicto, a través de su iniciativa #NosEstánMatando, generar algunos contenidos periodísticos; los cuales evidencian la situación de amenaza y asesinato que enfrentan los líderes sociales en varias regiones país. Estas primeras entregas se titulan ¨La sangre no para¨ y ¨Vivir bajo amenazas: la violencia invisible contra líderes sociales¨ investigaciones que conducen a un mismo escenario desolador.
En ellas, muestran dos perspectivas de lo que está sucediendo con estas muertes sistemáticas. Por un lado ¨La sangre no para¨ presentan el panorama político desde el papel que ha tenido el gobierno para frenar la situación; un actor que insiste en negar la sistematicidad de las agresiones contra líderes sociales y defensores de Derechos Humanos.
El Ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, en unas declaraciones públicas se refirió a estos crímenes; en esta ocasión, de manera irresponsable y sin pruebas contundentes pareció justificar el asesinato de Ana María Cortés al señalarla como presunta colaboradora de un grupo armado en la región de Antioquia. Una clara revictimización de esta lideresa del municipio de Cáceres.
Fundación Paz y Reconciliación
El señalamiento y estigmatización hacia los líderes sociales por parte del gobierno se viene dando de manera recurrente; algo que agrava el estado de riesgo para defensores y líderes sociales. Estas personas por lo general, han dedicado gran parte sus vidas al reclamo y lucha de derechos colectivos, territoriales y culturales.
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Por su parte el especial ¨Vivir bajo amenazas: la violencia invisible contra líderes sociales¨ evidencia la posición de vulnerabilidad que enfrentan los líderes sociales. Un especial que da a conocer mediante varios testimonios los escenarios que deben contemplar después de recibir amenazas. También señala los posibles motivos de hostigamiento hacia los líderes, las zonas afectadas por este fenómeno y la negligencia de los mecanismos de protección que no están siendo efectivos para contrarrestar la violencia selectiva contra la vida de los líderes sociales en el país.
Registro geográfico del hostigamiento a líderes y defensores de DDHH – Pares
“La costumbre acá en la comunidad es que nos mandan llamar, nos reúnen y uno de ellos [del grupo armado],
mientras sostiene una bala en la mano, nos dice que no quiere ver a nadie de sapo con la guerrilla ni con la fuerza pública.
Ellos dicen ser una familia muy grande, que está presente en todo el territorio para que no nos vayamos a descarriar”.
Líder social amenazado que pidió conservar la anonimidad.
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La labor periodística ha sido un medio esencial para divulgar, hacer seguimiento y denunciar este tipo de problemáticas sociales. Para conocer a detalle la curaduría que lleva el Observatorio de Violencia Política y las piezas periodísticas que se han desarrollado, CdR entrevistó a Alejandro Jiménez quien hace parte del equipo de investigación de Pares.
Según el seguimiento que lleva el observatorio ¨Se contabilizan cerca de 500 victimizaciones, entre las que están, además de los homicidios, amenazas, secuestros y atentados, lo que se traduce en poco más de una victimización diaria¨.
¿A qué se debe la potencialización de amenazas y asesinatos contra líderes sociales y defensores de Derechos Humanos?
Desde el Observatorio de Violencia Política de la Fundación Paz & Reconciliación sistematizamos múltiples tipos de agresión contra las y los líderes sociales, y defensores/as de Derechos Humanos, tales como amenazas, atentados, secuestros, desapariciones forzadas, agresiones sexuales u homicidios; hechos que atentan contra los derechos de estas personas y los de las comunidades que representan. Principalmente, desde PARES se ha observado que las potenciales víctimas son aquellas dedicadas al activismo en torno a la promoción, defensa y reclamo de los derechos a la verdad, justicia y reparación de las víctimas del conflicto armado, así como la lucha por la restitución de tierras.
Los líderes sociales asesinados y amenazados son personas que abogan por territorios libres de actividades ligadas a economías ilícitas como la minería ilegal o el narcotráfico, los mismos que vienen impulsando procesos de sustitución de cultivos en el marco de la implementación del Acuerdo de Paz; personas que luchan, promueven y reivindican derechos colectivos, y territoriales de comunidades negras, indígenas o campesinas. Sin embargo, para quienes se oponen a la transformación del país, los líderes sociales son una piedra en el zapato, muchos han tomado el liderazgo desde la vocación política, impulsando candidaturas alternativas para la participación en el ejercicio político; ya que solo desde esta posición han podido ser escuchados.
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Los picos de mayor victimización, específicamente por homicidios, se presentaron luego del plebiscito que refrendaba los Acuerdos de paz de La Habana en 2016; posteriormente, con los avances en la implementación en materia de sustitución de cultivos de uso ilícito; a su vez, se identificó un aumento en la violencia selectiva tras las elecciones legislativas y presidenciales de marzo a junio. Estos hitos de violencia selectiva dan muestra de los intentos por entorpecer los impulsos sociales para la implementación de acuerdos en distintos territorios, atropellos que intentan acabar con la participación y promoción de sectores políticos alternativos; es decir, el impulso por el cumplimiento de lo pactado en La Habana entre FARC y Gobierno, así como la participación política de sectores alternativos se han vuelto escenarios de riesgo para los liderazgos que se han hecho visibles en medio de estas contiendas.
Desde el Observatorio de Violencia Política – Pares ¿Cómo es el proceso de investigación y curaduría de datos con respecto al asesinato sistemático de líderes sociales?
El Observatorio de Violencia Política de PARES cuenta con un sistema de información en el que se registra cada caso de agresión a líderes sociales y defensores de Derechos Humanos, sobre el cual hemos categorizado alrededor de quince tipos de liderazgos a nivel nacional. En este sistema de información se consigna la información cuantitativa y a partir de investigaciones realizadas en algunas regiones, se realiza el cotejo de datos y triangulación para la construcción tanto de contextos, perfiles de las víctimas como actividades que desarrollaban estas personas. Sobre este último punto, se viene avanzando para la consolidación de una gran plataforma que cuenta con información tanto cuanti como cualitativa sobre estos hechos y las nuevas dinámicas de violencia que se vienen presentando en el marco de la implementación de acuerdos de La Habana.
¿Cuáles fueron los obstáculos y aciertos para realizar estas piezas periodísticas?
En algunos casos, los obstáculos se han presentado en la construcción de las historias de cada uno de los líderes; es un reto que se tiene desde PARES el de presentar la vida, la incidencia política y social, las consecuencias en las comunidades luego de los distintos casos de agresión contra de estas personas que construyen país desde estos entornos microterritoriales.
Otro de los obstáculos se debe a la imposibilidad de rastrear a los responsables intelectuales de las agresiones más allá de los ‘gatilleros’ que ejecutan la acción violenta contra los líderes sociales. A pesar de tener indicios en las zonas con mayor ocurrencia violenta contra líderes sociales, las redes criminales son lo suficientemente complejas y no ha sido posible analizar más allá de sus formas de operación.
Los aciertos podrían deberse a seguir dando el debate alrededor de estos hechos y en el seguimiento a las acciones institucionales que se vienen desarrollando en el marco de obligaciones internacionales que tiene el Estado de investigar, perseguir y castigar a los responsables.
¿Cuáles serían las recomendaciones para los periodistas que desean cubrir estos temas en regiones afectadas por la violencia?
Las recomendaciones para periodistas y toda persona que desde su oficio y quehacer personal/profesional en el que aborde la victimización a líderes, lideresas sociales, defensores o defensoras de derechos humanos; siempre serán las de no dejar morir la importancia de la memoria y las luchas de estas personas que entregaron su vida al servicio de los intereses colectivos, sobre todo, de la Colombia profunda donde no ha existido realmente un Estado Social de Derecho.
Más que narrar cuántas personas han sido víctimas, es necesario reconstruir sus historias de vida, reivindicar la dignidad de sus luchas que en vida le resultan incómodas a quienes cegaron estos sueños por construir en democracia y en paz.
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