Mientras el conflicto se metía a las “malas o a las malas” a los Montes de María, el Colectivo de Comunicaciones Montes de María Línea 21 resistía con comunicación. Así, mientras los grupos armados ilegales estallaban bombas en sus territorios, ellos eliminaban el miedo y le devolvían la dignidad al sector con cine, radio y cultura.
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El proyecto ha tenido varias caras, pero un solo objetivo: hacer memoria del conflicto armado y la cultura de estos 16 municipios de Bolívar y Sucre, desde los relatos de su comunidad. Empezó con 18 emisoras escolares articuladas a una Red, luego se ramificó en programas de televisión, cine clubes, un festival audiovisual, y ahora, se convierte en un museo que vuela alto y lleva en su canto historias que no quieren olvidar la identidad de los montemarianos.
“Esclavo negro, cantá,
entoná tu melodía,
canta con seguridad
como anteriormente hacías
cuando tenías libertad
en los Montes de María”
Estrofa de la canción ‘El Mochuelo’.
El Mochuelo se hizo famoso en Colombia, y el mundo, gracias a la canción de Adolfo Pacheco, que narra la historia del Mochuelo, un canto montemariano de música de acordeón. Para Soraya Bayuelo, coordinadora general del museo, se eligió este nombre por la canción y por la fortaleza de esta ave, que tiene apariencia frágil, pero canta “divino” y resiste al verano, el invierno y acompaña incansablemente a la pájara en la construcción de sus nidos. Con este canto se enpezó e inspiró el arranque del guión museológico del #MuseoMochuelo.
Según Soraya, el museo es itinerante porque la guerra y la memoria es itinerante. Con este proyecto le apuestan a que el museo llegue al lugar donde está la gente: tiene 18 x 12 metros, y 5 metros de altura, es digital pero también cuenta con exposiciones físicas en las que los montemarianos exponen su resistencia convertida en arte.
Lienzos, carboncillos, productos audiovisuales y radiales son algunas de las muestras que se exponen en Mochuelo, que a su vez, son el producto de los 25 años de trabajo del Colectivo de Comunicaciones Montes de María Línea 21, productos que han construido los propios pobladores con la capacitación y orientación del Colectivo.
En la foto, Soraya Bayuelo y visitantes de Mochuelo. Cortesía: CCMML21
“En esta búsqueda nos volvimos psicólogos, expertos en derechos humanos y producción. En el camino hemos encontrado grandes cómplices que se han unido a este proyecto y nos han apoyado con su conocimiento”, comenta la coordinadora del Mochuelo mientras dice que también han aprendido de museografía y atención psicosocial.
“Soraya Bayuelo, el pajarito va a volar”
Así recuerda Soraya las palabras de Gonzalo Sánchez, entonces director del Centro Nacional de Memoria Histórica, cuando le comentó que había una posibilidad de financiación para el proyecto. El Mochuelo nació como una idea para unir los trabajos que se estaban sumando con los proyectos del Colectivo de Comunicaciones Montes de María Línea 21 y los colectivos de jóvenes, niños, mujeres y mixtos que se iban formando en el camino.
En la construcción de Mochuelo también participaron algunos integrantes del Colectivo. Foto cortesía: CCMML21.
Este sueño se hizo realidad el 15 de marzo de este año, donde al ritmo de la música del maestro Pacheco, el Mochuelo mayor, y con la presencia de instituciones relacionadas con el tema en el país, la embajada de Francia, y otros invitados se inició el vuelo de esta ave histórica que, inicialmente, recorrerá los Montes de María, para luego, como lo anhela Bayuelo, llegar a otras partes del país con el objetivo de que el proyecto sea replicado.
Desde su apertura, el Mochuelo ha sido visitado por cerca de 21 mil personas, en su primer nido en el Carmen de Bolívar, y se convierte en una plataforma de reparación simbólica y homenaje a las más de 1.580 víctimas, que según datos del Colectivo de Comunicaciones Montes de María Línea 21, dejó el conflicto en la zona.
Un atractivo del museo es su árbol de la vida, un homenaje a los ausentes que en 700 hojas documenta el nombre, hecho y lugar de víctimas para dignificarlos y que no muera su recuerdo.
El museo está abierto de martes a domingo, ya que los lunes el Colectivo de Comunicaciones de Montes de María se reúne para realizar su consejo de redacción. Foto cortesía: CCMML21
“Queremos paz y esta se hace con inversión social, que la gente tenga tierra, pero también cómo laborarla, que se protejan los niños y que ellos tengan un lugar dónde aprender desde nuestros territorios. No queremos perder a la nueva generación de jóvenes que se está formando”, dice Bayuelo mientras asegura que se deben llevar las universidades y colegios a estos municipios.
Hacer que se apropien herramientas de la comunicación para expresarse mejor y narrar las historias es la tarea que cumple el Colectivo de Comunicaciones de Montes de María Línea 21, en su comunidad, sin pretender ser una facultad. Foto cortesía: CCMML21.
CdR habló con Soraya Bayuelo sobre los retos, su inspiración y lo que viene para este espacio:
¿Por qué es importante mantener la memoria vigente?
La memoria es un espacio para recordar, para no olvidar, para hacer catarsis, para sanar y poder perdonar, que ayuda a la transición, la convivencia pacífica y el diálogo. Con la memoria perdonas, dejas el odio y la estigmatización, para pasar a la reparación.
En Mochuelo la reparación que tenemos es simbólica porque no la podemos hacer de tipo administrativa, política o económica, ya que ese es el deber del Estado, nosotros como sociedad cívil podemos hacer de la memoria el camino para la paz, la no repetición y el esclarecimiento de la verdad; aún cuando duela, es importante que se dé.
Identidad, memoria y territorio, son los tres ejes de trabajo de Mochuelo donde la memoria musical, la asociatividad y la cultura de resistencia son lo que más se destaca. Foto cortesía: CCMML21
¿Qué viene para Mochuelo y cuál es su ruta?
El Mochuelo es un reto que recoge de nuevo la palabra para conectar a la gente; recoge la identidad, que es el espejo donde las personas se miran y se convierte en un escenario de transformación potente que ayuda al espíritu. En esta tercera etapa, que es en la que estamos, buscamos llegar al punto de equilibrio a través de la sostenibilidad.
Nuestra próxima parada será en Córdoba (Bolívar) y creemos que luego vendría San Juan Nepomuceno. Posiblemente, El Mochuelo vaya a Bogotá en noviembre, y también visite Barranquila, pero por ahora está en su itinerancia por los Montes de María, primero en la casa.
¿De qué manera se podría articular este proyecto con nuevos emprendimientos, esto con el fin de tener una memoria más completa en las regiones?
El museo está concebido en clave de industria cultural y emprendimiento. Nuestra utopía es que Mochuelo se transforme en un movimiento de la memoria y la cultura de cada municipio, ya que de esta forma se motiva para que haya un todo de la memoria y un todo de la cultura.
Y de emprendimiento, ¿por qué no? También creo que puede llegar a otros lugares para convertirse en un referente de narrador de la memoria, aprovechando la ventaja que tiene que se arma y desarma.
¿Cuáles serían tus recomendaciones para los periodistas que desean realizar trabajos similares?
Le diría mis colegas y amigos que hoy el periodismo debe estar al nivel de la investigación, se deben contrastar y contextualizar los hechos para cometer menos errores. Cito el trabajo que hizo DeJusticia acompañando a las familias víctimas de capturas ilegales en El Carmen de Bolívar y cuyo trabajo está compilado en el libro “Que nos llamen inocentes”, que será lanzado en el Patio del Mochuelo, en el círculo de la palabra de este Museo Itinerante de la Memoria y la Identidad de los Montes de María, el viernes 08 de mayo a las 5:00 p.m. En el libro se narran las historias de 37 familias víctimas de los falsos positivos en los Montes de María, de donde rescato las siguientes frases:
- Una mujer me decía: “¿Cómo le pregunto a un periodista por qué se apresuró a publicar la noticia? Queremos que hagan una noticia que diga que no es un guerrillero”
- Otra mujer decía: “Si a mí la guerrilla me mató un hijo, ¿cómo van a tildar a mi esposo de guerrillero en el periódico?”
- Mi sobrina me decía: “Yo estoy muerta para el mundo porque aparezco en esa foto”, cuando vio su rostro en una foto que se publicó en un periódico sobre la muerte de su hermana y sus compañeras de colegio.
Imagen de periódico regional en el que se corrige información de una víctima en Montes de María. Foto cortesía: CCMML21
Un titular no borra otro titular, la gente también pide medidas de reparación a los medios, ellos quieren que los medios digan que no eran guerrilleros y lo que pienso que debemos hacer es volver al periodismo de contraste, dejar el afán de la noticia en caliente y ver más allá para reconocer a las víctimas como seres humanos. Por eso nosotros decidimos explorar formatos distintos al informativo, nos centramos siempre en pensar en el ser humano al que estamos entrevistando.
Conoce más sobre este proyecto acá.